Los escenarios del desbloqueo

EFE-SPC
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Las posibilidades de que cese la parálisis institucional que padece España desde hace medio año se alejan con las últimas encuestas, si bien hay fórmulas para una legislatura tranquila

El jefe del Gobierno tiene el dudoso honor de haber fracasado en las dos investiduras a las que se presentó. - Foto: ANGEL DIAZ

Visto lo visto tras el 28 de abril, es normal la desconfianza del votante en los líderes políticos, que no han podido -o querido- acabar con el bloqueo y que concurren a la repetición electoral asegurando ser la garantía para la gobernabilidad. Pero el desbloqueo tiene muchas fórmulas -del acuerdo programático a la coalición de Ejecutivo, de la abstención gratuita a con condiciones, de la geometría variable a la gran coalición- y la cuestión es si todos los partidos van a dejar claro, de aquí al 10-N, cuál es la suya. Las encuestas no invitan al optimismo. 

Recientemente, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, daba la sorpresa con un gran golpe de efecto al anunciar que está dispuesto a pactar con el PSOE tras las elecciones. Aunque el catalán aclaró que habla de un «gran pacto nacional» que incluiría al PP y que sería en cualquier caso un apoyo con muchas condiciones -como frenar al independentismo catalán- lo cierto es que supuso un giro de 180 grados que, de momento, se ha llevado más críticas que alabanzas.

Porque los demás, o bien no le creen, o bien le tildan de veleta, o bien rechazan el ofrecimiento, como hizo Sánchez. De momento.

Y todos, en cualquier caso, atribuyen el nuevo viraje de Ciudadanos a los malos resultados que le auguran todas las encuestas.

Otra cosa es Casado. El popular espera mejorar, y mucho, lo cosechado el 28-A y acercarse incluso al centenar de escaños. Aunque ningún sondeo le ponga por delante del PSOE, dice que sale a ganar y se abre a hablar con los socialistas siempre que sea Génova la que quede en primer lugar y gobierne. Eso sí, ni por asomo, dicen desde su círculo, va a abstenerse para que gobierne el socialista.

Y el palentino también ha echado por tierra la propuesta que hacían barones de su propio partido como Alberto Núñez Feijóo, para que quien gane impulse una gran coalición. «Caralladas», según el líder conservador.

Presiones a Génova 

 

En el PSOE, sin embargo, son muchos los que confían en que al final, después de las elecciones, la presión obligue a los populares a evitar un nuevo bloqueo y se abstengan como en su momento tuvieron que hacerlo Ferraz.

Y mientras, el que no se mueve un ápice es Pedro Sánchez. El líder del PSOE acude a esta convocatoria electoral con el mismo discurso que en la anterior, apostando por el acuerdo programático para un Ejecutivo progresista por un lado y avisando por el otro a la derecha de que también es responsable de la gobernabilidad. O sea, pidiendo una vez más que llegado el momento se abstengan para facilitar la investidura. Un escenario que algunas fuentes socialistas admiten que sería deseable porque prefieren gobernar en solitario a volver a intentar una más que difícil negociación con Podemos.

A ese escenario se agarra Pablo Iglesias para subrayar que es más necesario que nunca. Sobre todo en este momento en el que a Podemos le ha salido un competidor directo en provincias clave, Más País, el partido de Íñigo Errejón.

El morado va a centrar su campaña en recalcar que si su bloque está fuerte impedirá un acuerdo de los socialistas con el PP, ya sea mediante abstención o gran coalición. Y tampoco se mueve de su posición de siempre: o Podemos entra en La Moncloa o no hay apoyo a Sánchez. Tendrá que convencer a sus votantes de que él es la apuesta segura y no Errejón, quien en esta carrera trata a todas luces de distinguirse de quien fue su compañero y jefe.

Porque el líder de Más País asegura que él quiere alejarse de la guerra de trincheras de la izquierda y facilitar un Gabinete de progreso. Otra cosa es la fórmula que propondrá si tras el 10-N su partido es clave en la negociación. Ahora bien, Errejón ya ha advertido a Sánchez de que si su opción es acercarse a las derechas tampoco podrá contar con Más País.

¿Y dónde queda Vox en todo eso? La quinta fuerza política -que según las últimas encuestas sería la cuarta- reparte reproches para todos, sobre todo a PP y Cs, y busca sus votos acusándoles de «progres» que ahora se acercan al socialismo.

Con este tablero, los votantes tendrán que decidir por qué ficha apuestan para jugar. Porque la hora de la verdad llegará el 11 de noviembre, cuando unos y otros demuestren si quieren acabar la partida o seguir en tablas con el bloqueo político.

Artículo 99

Curiosamente, Sánchez había creado una enorme expectación la semana pasada anunciando a bombo y platillo que tenía la solución al bloqueo. El domingo pasado decepcionó a muchos al comprometerse a hablar con todos los partidos para ofrecerles un plan durante las 48 horas siguientes al día de las elecciones en el caso -probable- de ganar. Desde algunos medios se elucubró con una posible reforma del artículo 99 de la Constitución, un precepto que considera, según su círculo, que «no funciona». Parece que ese sería el primer acuerdo de país que trasladará al resto de fuerzas. Se rumorea que quieren importar al Estado la fórmula de los ayuntamientos, donde en caso de no haber mayoría absoluta, gobierna la lista más votada. Algo que también se da en parlamentos como el vasco, en el que no cabe el voto en contra. Otra opción que también se maneja y que explicitó Calvo es el sistema de doble vuelta.