«Un país que no ve estratégica la cultura se equivoca»

I.L.H.
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ENTREVISTA | Presidente del Teatro Real, miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y de Patrimonio Nacional, presidente de honor de la Real Fundación de Toledo y, a partir del 30 de marzo, patrono de la Biblioteca Nacional

Gregorio Marañón, abogado, empresario y académico. - Foto: Alberto Rodrigo

Ha ocupado y ocupa tantos cargos en el mundo de la cultura, consejos de administración de empresas y en instituciones de todo tipo que relatar su trayectoria vital en un libro de memorias es resumir demasiado. Gregorio Marañón Bertrán de Lis (Madrid, 1942), nieto del afamado doctor, preside el Teatro Real, es miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, del consejo de administración de Universal Music y de Patrimonio Nacional, por mencionar algunos de sus cargos. En el libro Memorias de luz y niebla (Galaxia Gutenberg), que el martes presentó en el Museo de la Evolución Humana, cuenta su paso por algunos de ellos, así como las propuestas que le han hecho desde el mundo de la política. Aprovechamos su paso por Burgos, tercera ciudad que acoge la presentación del libro tras Madrid y Barcelona, para hablar del Teatro Real, la cultura como estrategia y el mecenazgo. 

Todo es raro en una pandemia, así que ¿cómo está yendo la acogida de Memorias de luz y niebla?

Salió el 5 de noviembre y ya ha alcanzado su tercera edición, y están considerando lanzar la cuarta. Estoy encantado de que en estas épocas que no son ciertamente fáciles se esté agotando la tercera edición.

Concluye con un ‘continuará’. ¿Habrá segunda parte?

Lo que quiero dejar claro al lector es que no son las memorias de una vida completa sino las de una vida que sigue haciéndose en todas las órdenes. Por ejemplo, al inicio del libro para justificar mi situación y contexto, no quería extenderme demasiado y corté de dos sitios de donde he salido de una manera especial:del consejo de Prisa en noviembre de 2017 y de la Biblioteca Nacional. Bueno, pues el nuevo ministro de Cultura me acaba de nombrar patrono de la Biblioteca Nacional y tomo posesión el 30 de marzo.

¿Se ha dejado cosas en el tintero?

Alguna se ha quedado, pero la mayoría siguen haciéndose. Si tengo que hablar ahora de un segundo libro, me suicido solo de pensarlo. Porque estoy sobrepasado por el conjunto de mis responsabilidades.  

Una de ellas es la de presidir el Teatro Real, el primer teatro lírico del mundo en reabrir sus puertas tras el cierre por la pandemia. Pasada la polémica por la supuesta falta de seguridad en uno de los espectáculos, ¿cómo está funcionando la temporada?

Desde 2007 que asumí la presidencia hasta el 2012 el Teatro Real ha pasado de la irrelevancia, según Ansón, a convertirse en la ópera nacional de referencia en España. El Observatorio de la Cultura dice que es, de lejos, la primera institución de las artes escénicas y musicales y está entre las tres primeras de la cultura, detrás del Prado y el Reina Sofía. Eso es lo que se venía haciendo. Pero este año, al tenerlo abierto y hacerlo con todas las medidas de seguridad, nos hemos convertido en la primera institución operística internacional. Los medios de todo el mundo nos ponen como ejemplo de teatro abierto y seguro. 

¿Y cuál es el secreto o la receta?

El planteamiento para mí era muy claro: si vienen los trabajadores al teatro y si acudimos los patronos, es porque es seguro. Por lo tanto es nuestro deber  como institución cultural abrirlo a la ciudadanía.  

Una de las cosas que mejor está funcionando es contar con un comité médico de cinco profesionales que están, diariamente, asesorándonos en la evaluación de cualquier posible caso, medida, prueba o confinamiento. Entre ellos destaco a Santiago Moreno, que es el jefe de Epidemiología del Ramón y Cajal, y uno de los expertos españoles con proyección internacional. El protocolo que tenemos nos lo están pidiendo las empresas privadas porque no cabe nada más seguro. Y otra clave del éxito es que la orquesta, el coro y la plantilla del Teatro Real están totalmente alineados con este proyecto. 

Si hoy le nombraran ministro de Cultura, como le han propuesto en alguna ocasión, ¿uniría el Teatro de la Zarzuela con el Real?

Es curioso y la gente no lo recuerda, pero en 1995 me hacen patrono de la Fundación del Teatro Lírico y ahí estábamos los dos. 

Entonces la pregunta sería ¿por qué se separaron?

Lo hizo el gobierno del PP en el 96. Es incomprensible. Y luego en el año 2016-2017, otro gobierno del PP decide volver a juntar lo que separaron. Y esta vez es el ministro Guirao, del PSOE, el que lo separa.

¿Económicamente sería más rentable?

Sin duda. Porque no nos fusionaríamos. Lo que haríamos es que la gestión fuese una. Aprovecharíamos gastos comunes y mantendríamos la identidad de cada teatro.

Una de las señas de identidad del Real es sacar el teatro a la calle, con convenios como el del VIII Centenario de la Catedral para actuar en Burgos....

...Y con, en este momento, doce Comunidades Autónomas. Con la Catedral hemos mantenido acuerdos y repetiremos el año que viene. 

Es presidente de honor de la Fundación de Toledo y desde ahí celebraron el aniversario del Greco. ¿Alguna idea para la Catedral?

Nos han pedido que ayudemos, pero en realidad es al revés: estamos siguiendo vuestro modelo para plantear el octavo centenario de la catedral de Toledo, que es en 2026.

¿Qué ideas les interesan más?

Me interesa muchísimo la amplitud del programa, que desborda la propia Catedral e irradia a toda la sociedad. Siempre hay que vivir abierto. Para estos proyectos hay que tener tiempo, financiación y talento. Si tienes ese talento no tienes ningún complejo para ver qué se ha hecho antes y tratar de mejorarlo partiendo de esa experiencia.

¿Una tarea pendiente para estas entidades es la ley de mecenazgo?

Yo digo que no, aunque escandalizo a todos. Creo que debe haber un tratamiento fiscal de las donaciones de la sociedad civil semejante al que hay enItalia, Francia o Alemania. Eso está pendiente y hay que reclamarlo. Pero con lo que hay, existe ámbito suficiente para que se cree un mecenazgo privado muy importante. Y luego es de justicia que tenga un tratamiento fiscal. No creo en el mecenazgo que solo viene por el tratamiento fiscal. Debe ser un reconocimiento y no el motor que lo impulsa. El motor que lo impulsa es más una cultura de sociedad civil responsable, y un empresario responsable desde la sociedad civil tiene que hacer política y hacer cultura. Un país que no considere estratégica la cultura se equivoca.

¿Por qué es estratégica la cultura?

Porque es identitaria. No conozco país europeo en estos momentos que tenga mayor problema identitario que España. La cultura genera un ocio inteligente que da lugar a la crítica y a la utopía. Y para avanzar nos hacen falta crítica y utopía.