La abnegada, y muchas veces ingrata, labor de un concejal en una localidad pequeña no está pagada con dinero, aunque algunas actuaciones en un ayuntamiento salen más rentables que otras. Es el caso del último pleno celebrado en el Consistorio raudense, que se convocaba de manera extraordinaria y urgente. La sesión tuvo una duración que no llegaba a los tres minutos. 180 segundos por los que las arcas municipales van a desembolsar 500 euros en concepto de retribuciones, 50 para cada edil, sin contar al alcalde, que tiene un sueldo asignado para cada mes.

Tirando de calculadora, el minuto de este último pleno le cuesta al erario público 166 euros, sin contar los céntimos. 60 segundo muy rentables si los comparamos con el salario mínimo interprofesional, en el que el minuto se cobra entre los 0,04 y los 0,11 euros.

A pesar de estas llamativas cifras, los ediles raudenses no se hacen ricos por ejercer su labor como servidores públicos. Las retribuciones que reciben por acudir a un pleno ordinario, que se celebra cada tres meses, es de 50 euros, y por ir a las comisiones informativas, 30 euros.

Más allá de los dineros, la sesión plenaria con carácter extraordinario se convocaba para aprobar la compra de dos naves, propiedad de una entidad bancaria y ubicadas en el entorno de la ermita de San Roque, que el Ayuntamiento de Roa podrá utilizar para ampliar un espacio de almacenamiento que ya se les ha quedado pequeño. La oportunidad surgía ante una considerable bajada en el precio de venta, que en junio rondaba los 75.000 euros y que ahora se ha reducido hasta los 39.900 euros más impuestos. Una compra que todos los concejales estuvieron de acuerdo en realizar de manera unánime.