El fin de las restricciones no espolea el consumo cultural

R.P.B.
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Desde que se permitiera el cien por cien del aforo en los recintos cerrados no se ha registrado incremento notable alguno de público

Imagen de una actuación en el Teatro Principal. - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

Quizás había quienes, ingenuamente, pensaban que el fin de las restricciones pandémicas relacionadas con los aforos en espacios cerrados podía traer aparejado una revitalización de sectores como el cultural, como ha sucedido por ejemplo con los negocios de hostelería. No ha sido así en Burgos, al menos por el momento. 

Desde que a finales de septiembre la Junta de Castilla yLeón permitiera el cien por cien del aforo en locales culturales cerrados (eso sí, con el uso de mascarilla obligatoria), no se ha percibido un notable incremento de público. Así lo confirman los distintos programadores culturales, que comprenden que hay que dar un margen de tiempo para que se recupere cierta normalidad y se ahuyenten definitivamente los miedos de los espectadores.

«No se ha notado mayor flujo, todavía hay cierta prevención, cierto temor a los espacios cerrados.El que acudía a eventos culturales en estas semanas es el que ha estado haciéndolo cuando los aforos eran reducidos y entonces ya acudía con normalidad», explican. 

El hecho de que todavía haga un tiempo estimable ha constituido también un freno al posible incremento de público en lugares cerrados; más aún con un puente tan largo como el pasado de El Pilar, en el que ha habido mucho visitante foráneo que ha venido a disfrutar de la ciudad y de la provincia mientras que el habitante de la capital ha salido de ésta hacia los pueblos de la provincia u otros destinos más alejados.

Con todo, las instalaciones municipales no han habilitado, aunque se pueda, el cien por cien del aforo de cada contenedor cultural, algo que no llegará hasta el mes de noviembre, según han confirmado fuentes del Instituto Municipal de Cultura. La Junta de Castilla y León eliminó las restricciones en los aforos en todos los recintos desde el 21 de septiembre, eso sí, manteniendo la obligatoriedad de usar mascarillas, pero avanzando así en las medidas de desescalada ante la positiva evolución de los datos epidemiológicos.

La comunidad entró en un escenario de 'riesgo controlado' pero que en Burgos no ha espoleado al consumo de cultura, salvo en algunos pases de cine en salas y días muy concretos. 

Algunas fuentes también atribuyen a cierta confusión entre los ciudadanos respecto de las restricciones el hecho de que no se haya registrado un mayor porcentaje de público.