Aunque el vicepresidente de la Sociedad de Promoción, Vicente Marañón, reconoce que la situación actual no es favorable para el aeropuerto de Villafría y admite que será muy complicado, por no decir imposible, pensar en que Burgos pudiera tener algún vuelo chárter para la próxima Semana Santa, sí se muestra «optimista» en cuanto a la posibilidad de que la llegada de una vacuna para combatir el coronavirus aumente la inmunidad de la población, dificulte de manera exponencial los contagios y eso permita que en el verano de 2021 se pueda programar alguna conexión con destinos estivales. Uno de los favoritos para las aerolíneas, según apunta el vicealcalde, suelen ser las Islas Baleares.

Ya de cara al pasado verano Air Nostrum llegó a anunciar vuelos con Ibiza durante las dos últimas semanas de julio y durante las 4 de agosto y aunque entonces ya se habían recuperado muchas rutas que se cancelaron en todo el país (con el estado de alarma), se adivinaba una demanda muy baja y se optó por cancelarlos.

Es cierto que entonces el interés por no volar era claro. Más que nada, porque Air Nostrum no esperaba una buena ocupación en una conexión por la que, además, el Ayuntamiento no le iba a subvencionar ningún billete y por la que no iba a cobrar más.

Mas allá del interés porque pueda haber vuelos en verano, asunto que también quedará supeditado a ver cómo resisten las aerolíneas a esta crisis económica, Marañón recalca también que la prioridad para un aeropuerto como Burgos es disponer de una ruta comercial con un aeropuerto que permita, a su vez, enlazar con otras conexiones internacionales.

¿Un sueño imposible? Aunque Barcelona se ha establecido como la ruta más interesante, en el Ayuntamiento están convencidos de que sería interesante establecer también enlaces con alguna ciudad europea y sus prioridades ya están fijadas desde hace tiempo y tienen nombre: París y Frankfurt.

Ambas aparecen en el listado de destinos preferentes del Plan Director vigente desde 2001 y de nuevo se consideran interesantes no solo desde el punto de vista turístico, sino también empresarial ya que empresas como L’Oréal tienen sede en Francia y Antolín y Benteler centros productivos en Alemania. Además, estos dos grandes destinos funcionan también como grandes centros de conexiones hacia Asia, al menos hasta antes de la pandemia porque nadie sabe cómo será el futuro de la aviación.

En la última Feria Internacional de Turismo (Fitur) se establecieron contactos, aunque tocará pensar en una nueva realidad.