Los gigantes burgaleses de la carretera

G. ARCE
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El Grupo Saavedra es uno de los principales transportistas de aerogeneradores de España, Portugal y Marruecos. Su especialidad, cargas de hasta 80 metros de largo y pesos de más de 100 toneladas

Convoy de mercancías especiales saliendo del polígono industrial de Aranda. - Foto: Jesús J. Matí­as

Su lento paso por cualquier carretera nacional, autovía o circunvalación, acompañado de los coches piloto de seguridad, es un auténtico espectáculo que no deja a nadie indiferente. Cada día son más largos y más voluminosos y muchos se preguntan cómo tales monstruos sobre decenas y decenas de ruedas pueden sortear los puentes de la autovía sin quedar encajados, o girar por las miles de rotondas que regulan el tráfico en España, o llegar hasta lo más alto de las vertientes montañosas para depositar las piezas de los aerogeneradores de un nuevo parque eólico.

En el Grupo Saavedra, una empresa de transportes con sede en Burgos y 75 trabajadores en plantilla, saben cómo mover grandes volúmenes y pesos por carreteras y caminos. De hecho, desde el nacimiento de esta compañía, en los años 70, la familia Saavedra se las han visto con los gigantescos puentes grúa de Jaso, los que ocupan la totalidad del ancho de las naves industriales. La segunda generación, liderada por Armando Saavedra y su hermana, empezó su actividad a finales de los años 80 y hoy se dedica a mover piezas de aerogeneradores, entre muchas otras, en España, Portugal y Marruecos.

En plena pandemia transportaron 1.200 tramos de los mástiles de las turbinas eólicas y 900 palas para los principales proveedores de esta industria, Gamesa, Siemens, General Electric, Acciona, entre otros, lo que demuestra que la crisis sanitaria no paró el boom que experimenta la energía eólica. "Y las perspectivas siguen siendo buenas para los próximos años, quedan muchos parques por montar", apunta Armando Saavedra, gerente de la compañía de transportes.

Los tramos de tubo de acero alcanzan hasta los 5 metros de diámetro y las 110 toneladas de peso. También cargan palas de hasta 74,5 metros de longitud (20 toneladas) para aerogeneradores que llegan a los 132 metros de altura. Actualmente trabajan para atender a los envíos de las nuevas megapalas de 80 e incluso de 85 metros para los parques eólicos marinos [para comparar, la altura de la Catedral es de 88 metros].

Una empresa de transportes especiales crece en la medida en lo que lo hacen sus cargas. En esta compañía burgalesa acaban de adquirir 16 cabezas tractoras de 250 toneladas y seis nuevas plataformas modulares extensibles con una longitud suficiente para portar la nueva generación de las palas de los aerogeneradores. Las distancias entre los apoyos, entre las ruedas del convoy, siguen creciendo: antaño eran 45 metros y ya se han alcanzado los 50 y los 65 metros.

De hecho, explica Armando Saavedra, están trabajando en un proyecto para Navantia para transportar desde As Pontes hasta Ferrol los superjackets, las estructuras que anclan al fondo los aerogeneradores marinos de Iberdrola, que alcanzan casi los 10 metros de ancho. 

Su récord de transporte por carretera del Grupo Saavedra está en un transformador de 130 toneladas, que viajó desde Tarragona hasta un parque eólico de la provincia de Zaragoza.

Planificación.

Mover un camión de la longitud de la Catedral por las calles y carreteras españolas es un auténtico desafío que empieza sobre el papel. Un proyecto de un parque eólico debe contemplar detalladamente las rutas de transporte desde las plantas fabricantes de los aerogeneradores al lugar donde van a ser instalados. Un plan de viabilidad detalla las condiciones y limitaciones del viaje, así como la obra civil de los accesos, los movimientos de obstáculos necesarios, los pesos que pueden aguantar las estructuras a sortear, entre otros muchos temas. Una vez aprobado el plan se dan los oportunos permisos y autorizaciones, que son los papeles que solicitaran las policías locales, autónomicas y la Guardia Civil de Tráfico a la hora de montar un operativo especial de escolta y cortes de carreteras y cruces ante el tránsito de estos megacamiones.

El transporte especial incluye uno o dos coches piloto de seguridad -en función de las medidas-, situados a 50 metros por delante o detrás del camiones con sus obligados juegos de luces de emergencia. El conductor del coche trasero está en permanente contacto radiofónico con el chófer del camión y es el encargado de girar el juego de ruedas trasero del convoy ayudado por un mando a distancia, una maniobra indispensable -que siempre se ejecuta a menos de 30 kilómetros por hora- para sortear con holgura una rotonda o una curva muy cerrada.

"Las glorietas son las más problemáticas por las medidas que tienen en España. La mayoría están sobreelevadas, están llenas de señales, farolas e incluso tienen monumentos, que no nos permiten tocar", explica Armando Saavedra, que echa en falta el modelo europeo de rotonda plano y que incluso permite el cruce de los transportes especiales por la parte central y sin necesidad de complejos giros.

La altura de los puentes y pancartas también es una dificultad a tener muy en cuenta, porque un parque eólico depende de que todas sus piezas puedan viajar con holgura y con todas las medidas de seguridad. Por ello, todos los pasos del trayecto están convenientemente medidos y si alguno no da la altura necesaria se busca una vía alternativa. "Hasta la fecha, no nos hemos quedado atascados...".

60 kilómetros. 

La velocidad de crucero de un megatransporte no supera los 60 kilómetros por hora. Se puede circular a cualquier hora del día salvo que la Guardia Civil establezca limitaciones por alguna circunstancia, como un puerto de montaña cubierto por la niebla. 

El porte realizado el pasado lunes desde Aranda de Duero, desde la sede del fabricante Tecnoaranda, hasta el puerto de Ferrol superó las 10 horas de carretera para 550 kilómetros, sin incluir los descansos obligatorios de los conductores. Por cierto, estas paradas en ruta deben realizarse en aparcamientos lo suficientemente grandes para acoger a este tipo de transportes. No hay muchos, por lo que estos lugares también deben ser convenientemente estudiados y detallados en el mapa de ruta. "Tenemos que calcular muy bien los tiempos para cumplir con las horas de descanso".

Una parte importante de estos transportes van a puerto (Bilbao, Ferrol y Santander), para cargar los barcos con los aerogeneradores con destino a la exportación. Pero también se sube la monte por unos accesos de tierra cuyas curvas y giros han sido testados y probados por los camiones en pruebas en vacío. Para llegar hasta arriba con tales cargas (la góndola -la nacelle- llega a las 98 toneladas y los tramos de tubos de acero pueden alcanzar las 110) hace falta un camión de tiro contrapesado para ayudar en la maniobra de ascenso, un 8x8 único en el mundo que es propiedad de esta firma burgalesa. Al final, la mayor exigencia de espacio de giro es la que pide la pala, lo que marca la obra civil a realizar en caminos al parque.

"Lo mejor que tenemos son nuestros profesionales -reconoce Armando- y no solo por su experiencia sino porque tienen que echarle mucho valor para realizar maniobras que nunca son fáciles".