Montefibre paraliza su central eléctrica y espera ayudas

Ó.C.
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La compañía dejará de recibir subvenciones en diciembre, por lo que la viabilidad de la planta de cogeneración está en el aire. Tiene que solucionar la emisión de gases nocivos

Montefibre paraliza su central eléctrica y espera ayudas - Foto: Alberto Rodrigo

La central de cogeneración eléctrica de Montefibre no paró ni siquiera durante los peores momentos de la crisis sanitaria, pero dentro del sector energético crece el recelo por el final de las ayudas y la situación ha provocado que la compañía mirandesa frene la actividad de su planta. La viabilidad de esta instalación depende de las subvenciones públicas, destinadas a incentivar esta fuente de energía y en el caso de la factoría de la carretera Logroño, los ingresos finalizarán en diciembre. La incertidumbre aumenta porque la compañía tiene pendiente acometer inversiones que garanticen la seguridad de los trabajadores y vecinos. El problema reside en la emisión, por encima de los niveles permitidos, de gases cancerígenos, un asunto que se investiga por  la delegación territorial de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León.

El presidente de la empresa, Alfonso Cirera, mantiene que el parón responde a la planificación interna de la empresa y niega que sea una consecuencia de la denuncia remitida a las autoridades por las sustancias nocivas, porque reitera que «no reconocemos que las emisiones sean superiores a lo permitido». Aún así, el caso se investiga desde julio y aunque el responsable siempre ha negado las acusaciones, él mismo aseguró que al terminar el verano se habría instalado el equipo en una de las turbinas con lo que se solventaría la liberación de gases NOx, aunque el proyecto sigue sobre la mesa.

Para afrontar la última parte y adecuarse a la normativa, el desembolso sería de «más de un millón de euros», revela Cirera. La cifra condiciona el desarrollo de los trabajos, ya que la firma no pasa por su mejor momento, pero además para continuar tendría que esclarecerse primero el panorama nacional para las ayudas a la cogeneración.

Cirera resalta que una parte de la inversión se ha cubierto, aunque matiza que resta la más importante y en estos momentos «no tenemos un plan de cogeneración aprobado por el Gobierno», más allá de diciembre cuando concluye la financiación actual del Estado. Una vez finalice este acuerdo, el presidente de Montefibre lamenta que «el negocio de la cogeneración no es rentable».

En la dirección de la empresa cuentan con que el Gobierno solucione pronto las próximas concesiones de ayudas, sobre todo porque la planta de cogeneración supone una de las patas en las que sustentan su viabilidad. De hecho, Montefibre acumula varios años para acometer el proceso para transformar su producción de la fibra acrílica a la de carbono y mientras completan este proceso, la generación eléctrica ha sido su único sustento, más allá de las ayudas del Plan Reindus para el cambio de modelo productivo. 

El responsable de la planta reconoce que la pérdida de los ingresos generados por la cogeneración supone un hándicap para sus planes, y también destaca que «hay muchísima incertidumbre por el coronavirus». En la central de producción eléctrica trabajan unas veinte personas, de los 108 trabajadores en plantilla que se incluyeron en el último ERTE aprobado por la empresa mientras acomete la transformación hacia la fibra de carbono. En marzo de 2021 finalizará el actual expediente.