Las cenizas de la biomasa sirven para construir carreteras

S.F.L.
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La empresa Acciona trabaja en un proyecto piloto en un parque eólico de Palencia, en el que se sustituye el árido para cimentar un camino de 100 metros por el material ecológico generado al quemar paja

Acciona inició su andadura en Briviesca en una instalación que simboliza el aprovechamiento energético de origen orgánico en un entrono agrícola. - Foto: Acciona.

El grupo Acciona, especializado en la promoción y gestión de infraestructuras y energías renovables, trabaja en un proyecto pionero que utiliza la ceniza obtenida al quemar paja en la planta de biomasa de Briviesca como material sustituto de los áridos para la construcción de carreteras. De una forma innovadora, no solamente convierte este material en un recurso, sino que también consigue reducir la emisión de dióxido de carbono.

A simple vista, un camino de 100 metros del parque eólico de 48 megavatios Celada Fusión, ubicado en los Valles del Cerrato de Palencia, se parece a cualquier otro. Sin embargo, bajo su superficie se esconde el mayor de los secretos. Gracias a una tecnología puntera, la compañía utiliza la escoria para sustituir el árido que se emplea en la construcción de vías para mejorar su durabilidad. Con ello también se consigue que los residuos de paja calcinada que ya no se pueden reciclar y que probablemente acabarían en un vertedero, se conviertan en un recurso que está encontrando diferentes salidas.

A la rentabilidad expuesta hay que añadir que este material orgánico fomenta la economía circular al dar una segunda vida a un residuo y dejar de necesitar al que sale de una cantera. «La planta de Briviesca sale ganando porque se gestionan las sobras de una manera sostenible, pero también quien lo recepciona, en este caso el parque eólico de Palencia, porque para construir el trazado de necesitamos los materiales más resistentes. Normalmente usamos el cemento pero estas cenizas cumplen con todos los requisitos técnicos exigidos y son más respetuosas con el entorno», declara a DB Peio Izcue, gerente de Medio Ambiente Industrial de Energía de Acciona.

Según especialistas de la empresa, los resultados de las pruebas en el laboratorio y los primeros trabajos en el parque son «óptimos». El residuo cuenta con propiedades mecánicas, soporta bien las cargas y funciona a la perfección como soporte, incluso en las carreteras. Por ello, Acciona cogió impulso y llevó a la práctica su idea. «La ceniza ya está extendida en el parque y solo nos queda colocar la capa siguiente del firme. Todo fluye como esperábamos aunque la prueba de fuego llegará cuando atraviesen el camino todos los vehículos encargados de la cimentación. Asimismo, realizaremos un monitoreo de dos años pero a los seis meses ya podremos obtener las conclusiones más avanzadas», asegura Izcue.

No obstante, el gerente quiere aclarar que la utilización de estas cenizas no supondrá un incremento de la plantilla de la planta de biomasa ni tampoco cree que la creación de puestos indirectos vaya a aumentar. «Los beneficios están más relacionados con el medio ambiente más que al puramente económico», añade. Aún así, la mayor parte de los fardos de paja utilizados en la central proviene de la Bureba, lo que supone un ingreso extra a la agricultura de la zona y un complemento económico importante para la explotación agrícola, además de para el sector del transporte. «Pronto podremos comprobar si el proyecto se desarrolla como nos gustaría», sentencia.