La Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) de Burgos incrementó durante el estado de alarma por la crisis del COVID-19 su atención psicológica a pacientes con cáncer. Asimismo, tal y como señalaron desde la asociación, durante este periodo los profesionales psicológicos del centro atendieron también situaciones de duelo por el coronavirus.
Durante este período, según explicó la psicooncóloga de AECC Burgos, Inmaculada Martínez, se atendió a los pacientes y familiares de personas oncológicas de forma online, con el objetivo de seguir manteniendo una atención y seguimiento de su situación, pese al confinamiento.
En este sentido, apuntó que pese a que no se podía pasar consulta de forma presencial, el centro mantenía activo el Infocáncer, un teléfono de información donde los profesionales atienden todas las dudas sobre la enfermedad. “Los pacientes llamaban a ese teléfono, nos los asignaban y los atendíamos. Teníamos una sala de videoconferencia y realizábamos videoconsultas con todos los pacientes”. Durante este periodo también se mantuvieron las reuniones de las terapias de grupo.
En las sesiones Martínez aseguró que una de las preocupaciones más palpables era el miedo al contagio, tanto propio como de sus seres queridos; las posibles complicaciones por la inmunodepresión cuando se encuentran en tratamiento o los problemas en la capacidad sanitaria para prestar una atención adecuada que pudiera interferir con el tratamiento óptimo de su enfermedad.
“La sanidad lo ha hecho lo mejor que ha podido, pero la demanda de los pacientes era esa, porque ellos tenían un poco más de incertidumbre. Ya de por sí el proceso genera inseguridad, incertidumbre y angustia , unido a una variable más de estrés, evidentemente aumenta su grado de ansiedad”, dijo.
Asimismo desde la propia asociación se ha ofrecido información en todo momento acerca del COVID-19. “Las personas sobre todo necesitaban entender qué estaba pasando y cómo se les podía ayudar, así como todos los problemas emocionales que eso les había generado”. Por ello desde AECC se estableció una hoja informativa sobre el COVID y los pacientes oncológicos y se envió a todos aquellos que lo requirieron.
Estudio nacional
Debido a esta situación, la AECC decidió llevar a cabo un estudio a nivel nacional con el objetivo de conocer cómo está afectando esta pandemia a las personas que padecen cáncer. Bajo el título ‘Malestar psicológico en pacientes de cáncer durante el confinamiento del COVID-19’ recoge las primeras consecuencias de la crisis en la población con cáncer, aunque desde la asociación prevén que, a esta emergencia psicológica se añada también otra social, científica y sanitaria.
“Una persona cuando tiene un proceso oncológico es una acontecimiento vital estresante en su vida, si además unes que esta situación del COVID-19 es una situación que nos ha pillado a todos a pie cambiado, todo esto ha generado en el paciente mucha más ansiedad”, explicó la psicooncóloga.
En este sentido, explicó que cuando una persona inicia un proceso oncológico, tienen miedo a las pruebas, al tratamiento, a no saber cómo se van a encontrar físicamente o los efectos secundarios que pueda tener. “Ellos ya tenían todo eso, y aparte viene una enfermedad que no conocen y que además son pacientes de riesgo porque están inmunodeprimidos, entonces unen otra cosa más al miedo que ya tenían a lo desconocido”, añadió.
Según los datos obtenidos en este estudio en el que han participado 2.293 pacientes, más del 34 por ciento de las personas con cáncer ha sufrido ansiedad y depresión durante el confinamiento. Según precisó Martínez, un 87 por ciento de la muestra eran mujeres y un 13 por ciento hombres, con todo tipo de cáncer, aunque mayormente de mama, colon y pulmón.
Una de las principales conclusiones extraídas del estudio es que las personas con cáncer se muestran bastante más preocupadas por la pandemia que la población española en general. Según el estudio, casi el 67 por ciento de los pacientes reveló estar muy preocupado por la pandemia, frente al 58,9 por ciento de la población general.
Asimismo refleja que los pacientes más susceptibles a padecer trastornos de ansiedad y depresión son aquellos adultos entre 18 y 24 años, recién diagnosticados, en situación de desempleo o con ingresos inferiores a los 1.100 euros, y con dificultad para gestionar la información en el contexto de la COVID-19.
Según avanzó Martínez, este estudio contará con una segunda fase, que se realizará dentro de seis meses y que evaluará y comparará los resultados obtenidos con la presencia de estrés postraumático y variables asociadas en las personas con cáncer, una vez acabe el confinamiento.