Personas con esclerosis múltiple de toda Castilla y León están reivindicando hoy atención -profesional y social- para los síntomas de la enfermedad que no son visibles y que, por lo tanto, suelen ser subestimados, a pesar de que hay estudios que prueban que son limitantes y que repercuten de forma directa en la calidad de vida. Es el caso de la fatiga, de la disfunción sexual o de otros síntomas cognitivos, como el pensamiento lento o la dificultad para tomar decisiones. Lo han hecho en una jornada formativa e informativa que se está celebrando en el HUBU con motivo del día mundial (30 de mayo) de esta enfermedad crónica del sistema nervioso central, que daña la capa protectora de las fibras nerviosas (la mielina) e impide que haya una buena comunicación entre el cerebro y provoca dificultades en el movimiento, en la visión o en la sensibilidad, entre otros.
La conferencia inaugural la ha dado el jefe de Neurología del hospital de Crucesm Alfredo Antigüedad, quien ha evidenciado con datos el porqué de la importancia de tener en cuenta los síntomas invisibles y los no evaluables. "Es decir, los síntomas indirectos, que repercuten en la vida del paciente", ha dicho, en alusión al impacto de la esclerosis en el trabajo, en la relación de pareja o en la de la familia.