El peligro de odiar a Putin

M.R.Y. (spc)
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El envenamiento del opositor Navalni se suma a la amplia lista de detractores al Kremlin que han sido atacados o asesinados en las últimas dos décadas

El peligro de odiar a Putin - Foto: SPUTNIK

Vladimir Putin está a punto de cumplir 21 años al frente de Rusia. Más de dos décadas de poder absoluto que podría prorrogar si, como todo apunta, decide presentarse a las elecciones de 2024, ahora que puede optar a dos nuevos mandatos tras el reciente cambio en la Constitución del país. En caso de hacerlo, ganaría con un amplio margen de apoyos. Su popularidad no se ha desgastado con el paso de los años y, según los últimos sondeos, cuenta con más del 65 por ciento del respaldo ciudadano.

No son buenas noticias para sus detractores, que también los tiene.  Y cuyos máximos representantes tiemblan ante la posibilidad de que Putin siga en el poder, al considerar que peligra, no solo su libertad, sino incluso su integridad física, después de un amplio historial de asesinatos y ataques contra los líderes opositores en Rusia. Alexei Navalni es el caso más reciente, pero no el único.

 

Serguei Yusehnkov 

Incansable opositor de Putin, Yusehnkov era diputado del ya desaparecido partido Rusia Liberal y desde la Duma elevaba el tono contra el Gobierno.

Fue asesinado junto a su casa de Moscú en 2003 tras recibir tres tiros por la espalda. Junto a su cadáver apareció la pistola con la que se le disparó, pero nunca se supo quién fue el autor del crimen. 

 

Anna Politkovskaya

La periodista y activista dedicó parte de su carrera a poner al descubierto las atrocidades del Ejército ruso en Chechenia, culpabilizando directamente a Putin de crímenes contra la humanidad. 

Amenazada de muerte por sus publicaciones, denunció haber sido envenenada en 2004 -enfermó gravemente tras beber té- para no informar de la matanza de Beslán. Dos años después, en octubre de 2006, murió tiroteada en el ascensor del edificio en el que vivía, en Moscú. 

Los tres acusados del asesinato fueron declarados inocentes. Además, uno de los abogados de la reportera murió a manos de un pistolero en 2009 y otra denunció haber sido envenenada en 2008.

Alexander Litvinenko

El exagente de la KGB acusó públicamente a sus superiores de haberle ordenado matar al magnate ruso Boris Berezvski. Tras ser encarcelado por ello y posteriormente puesto en libertad, desertó en el año 2000 y huyó a Londres. Desde allí, inició una cruzada contra el Gobierno ruso, reveló la existencia de un laboratorio secreto de veneno en Moscú que databa de la etapa de la URSS y acusó a Moscú de estar detrás del envenamiento con dioxinas en 2004 del entonces presidente ucraniano, Viktor Yuskchenko.

Litvinenko fue también envenenado. En noviembre de 2006 cayó enfermo tras beber un té que contenía polonio radioactivo y murió tres semanas después. Una investigación británica encontró culpable del crimen a Andrei Logovoi, miembro del Servicio Federal de Seguridad ruso. Desde el Reino Unido pidieron su extradición para juzgarle, pero Rusia nunca accedió.

 

Boris Nemtsov

Fue viceprimer ministro en 1998 con Boris Yeltsin y se convirtió, desde la llegada de Putin al poder, en uno de sus más firmes críticos. Autor de varios informes contra la política del Gobierno, lideró varias protestas para exigir unas elecciones «sin fraude» y trabajaba en un análisis sobre la «agresión» rusa contra Ucrania cuando fue asesinado a tiros frente al Kremlin en 2015. 

 

Serguei Skripal

Antiguo agente de la Inteligencia militar soviética, actuó como un agente doble para el MI6 británico. En 2004 fue detenido y encarcelado en Moscú, hasta que se trasladó al Reino Unido en 2010 tras un intercambio de espías entre ambos países.

En 2018, él y su hija Yulia son envenenados con Novichok, una sustancia altamente tóxica de uso militar con el que fue rociada el pomo de la puerta de su casa. Ambos se recuperaron meses después.

 

Pyotr Verzilov

Seis meses después del caso Skripal, el activista ingresó en un hospital de Moscú por una aparente intoxicación. Al igual que Navalni, fue trasladado a Alemania, donde los médicos aseguraron que el envenenamiento era «muy plausible».

El posible envenenamiento sucedió dos meses después de que Verzilov y otros tres miembros del grupo Pussy Riot invadieran el campo durante la final del Mundial de Rusia para denunciar a Putin por abusos de los Derechos Humanos.

 

Alexei Navalni

Es la caeza visible de la oposición a Putin. Ha sido detenido en varias ocasiones por liderar manifestaciones prohibidas y ahora está ingresado en un hospital de Alemania tras ser envenenado con Novichok.