«El fallo del TS marca un antes y un después para la caza»

P. Velasco
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Iturmendi nació en Bilbao en 1954 pero vive en Burgos desde hace más de tres décadas. Oficial Superior del Ejército de Tierra, ha participado en misiones de paz como casco azul de la ONU, y desde 2009 dirige la Federación de Caza de Castilla y León

«El fallo del TS marca un antes y un después para la caza» - Foto: Alberto Rodrigo

Apasionado cazador y comprometido con el sector, Santiago Iturmendi reconoce que ha vivido años complicados con las diferentes sentencias judiciales que pusieron en peligro el desarrollo de esta actividad en la Comunidad. El fallo del Tribunal Supremo, que el pasado 27 de mayo tumbaba la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León de mayo de 2017, y declaraba ajustado a derecho el decreto de abril de 2015 por el que se regula la conservación de las especies cinegéticas, su aprovechamiento sostenible y el control poblacional de la fauna silvestre, ha sido una satisfacción para él. El TS explica que la «mera ausencia» de los estudios e informes científicos no puede ser considerada como causa de nulidad de decreto. Iturmendi, presidente de la Federación de Caza de Castilla y León desde 2009, cree que la sentencia trae tranquilidad a un sector que también está sufriendo la pandemia de la covid-19 y que ya ha pedido ayudas a las administraciones para paliar las pérdidas económicas.

¿Cuál es la situación actual que atraviesa el sector tras el parón obligatorio debido al confinamiento por la crisis sanitaria del coronavirus?

Hemos perdido un par de meses sobre todo muy importantes para la caza del corzo, que es un perjuicio claro para el colectivo. Y se siguen teniendo problemas al no poder desplazarse de unas provincias a otras. Nosotros somos una Comunidad que recibimos muchos cazadores de fuera, incluso del extranjero, porque vienen a cazar al corzo, que está muy cotizado, entonces hasta que no se alcance la nueva normalidad no se va a poder venir a cazar a nuestros pagos. Hay muchas sociedades y clubes de caza que ceden los precintos de caza a personas de Madrid o el País Vasco, por lo que habrá que esperar a finales de junio a que la movilidad sea ya normalizada.

De todas formas se han dejado de cazar un número de corzos muy importante y es muy probable que cuando coincidan ese exceso de animales que tenemos en el campo y la salida, porque vamos a salir todos escopeteados, me da la sensación de que va a haber bastantes accidentes de carretera con especies salvajes. Lo que hago es un llamamiento para que la gente tenga prudencia, porque los corzos entran en celo a mediados de julio y tienen un comportamiento muy errático y complicado, se mueven a cualquier hora y no prestan atención a los peligros que les puedan acechar.

¿Esta situación puede tener repercusiones económicas para el medio rural?

Evidentemente. Ha habido muchos gestores de caza y la propia federación que hemos mandado una carta al consejero de Medio Ambiente y al presidente de la Junta para que valoren el tiempo que se ha estado sin cazar y se adopten medidas para poder minorar las tasas que se cobran por los cotos y por las licencias. Y no de cara a devolverlo en este ejercicio, sino a tenerlo presente el próximo año en los precios de las tasas de matrículas y de licencias de caza.

¿Teme que la crisis también se note en el número de cazadores de la Comunidad?

Hay cien mil licencias aproximadamente en Castilla y León. La crisis ha supuesto un grave perjuicio por lo que se ha pedido lógicamente a los ayuntamientos una reducción de los precios de los contratos. Todo el mundo tiene que aportar un poco de su parte para que seamos capaces de salir adelante y pasar de la mejor forma posible una situación como la que estamos viviendo tan especial y tan negativa para la economía de este país.

¿Cómo valora la última decisión del Tribunal Supremo que rechaza los argumentos esgrimidos por el TSJ de Castilla y León para la paralización de la caza en la Comunidad?
Llevábamos diez años sufriendo, nunca mejor dicho, las disposiciones, sentencias y resoluciones del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León. Los envites de esta sala con unas teorías sobre los aprovechamientos cinegéticos muy particulares y, a través de todas estas sentencias, hemos ido padeciendo como si alguien nos hubiera mirado mal. Lo que nos llena de satisfacción es que ahora el Tribunal Supremo, el máximo órgano de Justicia española, haya tirado para atrás esta sentencia de 2015, que aunque tarde, la recibimos con los brazos abiertos y además va a marcar un antes y un después para la actividad cinegética, no solo en Castilla y León, sino que va a ser un referente para toda España. El fallo, aparte de crear jurisprudencia, establece unos criterios que van a cimentar la actividad cinegética y los argumentos en favor de la sostenibilidad de la misma.

¿Van a exigir responsabilidades penales o civiles tras esta sentencia por las consecuencias que ha tenido para el sector en la Comunidad?

Estamos estudiando la posibilidad de pedir responsabilidades, pero en este país es complicado. Lo vamos a estudiar con nuestros servicios jurídicos y vamos a tomar una decisión en breve.

¿La sentencia llega tarde o se salvó la situación con la modificación de la ley?

La temporada pasada se solucionó con la reforma exprés que se hizo en las Cortes de Castilla y León, Ahora estamos muy avanzados en el anteproyecto de ley de la nueva ley que el otro día fue aprobada por el Consejo Regional de Medio Ambiente. Ahora va a ir al Consejo Consultivo y luego ya la Junta lo enviará a las Cortes, donde pasará el trámite legislativo por todos los partidos políticos. Espero que tengamos una buena ley para presumir de que cazamos bien, de una forma razonable y racional.

¿Cree que las últimas modificaciones en la legislación dotan de un marco estable y fiable a la caza?

Yo creo que sí. Creo que igual que la anterior ha estado casi en vigor 25 años, esta nace con vocación de durar más tiempo, porque creo que ya hemos aprendido de los errores que hemos cometido en estos años y eso nos hace que podamos estar en condiciones de tener una ley que mantenga unos criterios de caza sostenible durante muchos años.

¿Comparte las declaraciones del consejero de Medio Ambiente sobre la sentencia del Tribunal Supremo al considerar que pone punto y final a un largo proceso?

Yo no suelo ser muy extremista en mis juicios. Ojalá no haya más problemas, pero siempre quedan resquicios legales y, sobre todo, cuando tienes gente desde sectores radicales que en función o en aras de un animalismo exacerbado o de un criterio de aprovechamiento de la naturaleza excluyente, pues hay que pensar que siempre van a seguir buscando el objetivo, que es el que persiguen desde el minuto uno, que no se haya caza en España. Estos grupos van a seguir manteniéndose y presentando demandas, pero esta sentencia les corta muchísimo los argumentos que estaban utilizando, aunque siempre hay que tener respeto a estas personas con unos criterios muy peculiares, que no compartimos por supuesto, pero que están en su legítimo derecho de protestar y de presentar querellas como cualquier ciudadano.

¿Se sienten atacados desde diferentes sectores?

Sí, está claro. Pero es que además a estos sectores enseguida se les desenmascara, porque siempre dicen que caza no, pero nunca dicen cuál es la alternativa. Hemos visto en esta situación de pandemia como los animales han incrementado las poblaciones una barbaridad, pero es que los animales salvajes han invadido las ciudades y han cambiado su comportamiento. Yo creo que la sociedad, por supuesto desde la agricultura y la ganadería, nos han pedido que cazáramos y las administraciones de todo el país han autorizado controles de daños en pleno proceso. Yo creo que la sociedad ha visto que si no se caza habría unos problemas de todo tipo, de seguridad en las carreteras, de daños en la agricultura y la ganadería... y lo que es más importante y que la gente muchas veces no pone en valor, de la transmisión de enfermedades a los seres humanos a través de los animales salvajes, que lógicamente no tienen ningún control veterinario. Yo creo que la sociedad ha visto con buenos ojos que se vuelva a cazar y que se evite que los animales proliferen de la manera que lo hacen en estos últimos meses.

¿En algún momento temió por el futuro de la caza en nuestra Comunidad?

La verdad es que lo pase muy mal cuando se conoció la resolución que suspendía cautelarmente la caza en Castilla y León el año pasado, realmente me parecía un despropósito. Pero vamos, esa suspensión cautelar me pareció totalmente desproporcionada porque una medida cautelar lo primero que tiene que valorar es si va a haber unos perjuicios irreparables, y en este caso iban a ser cuantiosos y ademas irreparables, con lo cual se conculcaban unos principios de una medida que siempre hay que valorar.

La judicialización de la caza, ¿ha perjudicado a la imagen que tiene la sociedad del cazador?

Yo creo que como consecuencia de la pandemia y de una serie de cosas, como los comportamientos de los animales y de que algunas personas han sufrido en sus propias carnes el exceso de la proliferación de algunas especies, está mejorando la imagen de cara a ver que la caza es necesaria para el equilibrio de los ecosistemas. Y yo siempre pongo de ejemplo que una persona tan poco sospechosa como Félix Rodríguez de la Fuente decía que el hombre es el predador por excelencia y lo que le diferencia del resto de predadores es que es el único depredador racional de todos.

¿Puede producirse algún día un acercamiento entre un cazador y un ecologista?
No solo puede sino que lo hay, porque ecologista soy yo también, y soy cazador. El problema es que hay sectores y grupos que no son ecologistas, son radicales anticaza y en aras de un supuesto animalismo exacerbado, pues pretenden que los animales se regulen solos o por arte de magia. Quiero decir que no nos dicen nunca cuál es el plan B a la caza. Dicen caza no, los animales no hay que matarlos, pero no nos dicen cual es la solución. Los sistemas estos que tratan de inventar estos sectores radicales encima no funciona, son un brindis al sol.