Las horas extra es un recurso cada vez más utilizado en el Ayuntamiento de Miranda para paliar la escasez de efectivos, lo que se ha acabado convirtiendo en un problema para la administración local por el gasto que supone para las arcas municipales. El dinero destinado a cubrir el exceso de jornada del personal llegó el año pasado a 595.000 euros, una cifra que este ejercicio el equipo de gobierno esperaba reducir aunque no lo tendrá fácil porque en el primer trimestre ya había gastado la mitad de la cantidad presupuestada para todo el año. 

Muchas horas extra se cambian por jornadas de descanso, pero otras son abonadas. La legislación prohibe pagar más de 80 al año, pero durante el último ejercicio hubo 76 funcionarios a los que se les remuneró una cifra superior. 

«Llevamos años con una situación, a la que lejos de buscar una solución, se ha normalizado», asegura Izquierda Unida, que ha denunciado esta irregularidad ante la Inspección de Trabajo. «No es algo nuevo, sino que el equipo de gobierno en vez de agilizar la oferta pública de empleo, tira de talonario para cubrir los servicios, en contra incluso de la voluntad de los trabajadores como ya han advertido en muchas ocasiones los sindicatos», apunta Guillermo Ubieto. 

Para la formación, el PSOE ha tenido «tiempo más que suficiente» para corregir las vacantes en algunos departamentos y reducir los excesos de jornada de la plantilla actual.