La Sareb subasta por 40 millones el entorno de Fresdelval

H.J.
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El 'banco malo' trata de ejecutar una deuda procedente del gran proyecto residencial que fue tumbado en los tribunales y que iba a estar ubicado entre el barrio de Villatoro y el monasterio

Los terrenos están situados junto a la circunvalación y la carretera de Santander - Foto: Jesús J. Matías

El Boletín Oficial del Estado publicó en su edición del sábado 6 de junio una subasta judicial en vía de apremio. Podría haber sido como tantas otras, pero no. Se trata de una enorme cantidad de terreno, valorado en alrededor de 40 millones de euros, en las proximidades del monasterio de Fresdelval y con la que la Sareb trata de recuperar parte de los 55 millones de euros que le deben sus acreedores, siempre según los datos que figuran en el BOE.

El llamado ‘banco malo’ recurre así al Juzgado de Primera Instancia número 8 para ejecutar el préstamo pendiente con las pocas garantías que le quedaban. Es decir, el suelo, dividido en 15 lotes distribuidos en pagos de nombres evocadores como "Bajo los álamos", "Los tiemblos", "Las treinta fanegas" o "Juego de bolos". Alguno presenta un valor de tasación de pocos miles de euros pero hay otros que rozan los 9 o superan los 6 millones, algo llamativo teniendo en cuenta que todos están descritos como fincas rústicas.

De hecho, la subasta se abrió el día 9 a las 18 horas, pero sorprendentemente se cerró pasadas las 11 de la mañana del día siguiente. El BOE digital dice que fue "cancelada por la autoridad gestora", que en este caso es el juzgado, y en el edificio de la avenida Reyes Católicos aseguran que fue a petición de la Sareb. Sin embargo, fuentes de esta entidad responden que ellos solo pidieron corregir la valoración de uno de los lotes, sin solicitar la cancelación total. Es previsible, por tanto, que el proceso se retome próximamente.

La Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (más conocida por su acrónimo) fue creada durante la anterior crisis económica para absorber los problemas de entidades financieras que se habían expuesto de forma excesiva al sector inmobiliario. En este caso las parcelas son suelos que estaban en el sector Fresdelval y la Sareb aclara que la valoración "es una cifra de referencia para el proceso judicial, procedente de las primeras hipotecas, y que no es un valor de mercado", puesto que al ser rústico ahora valdría muchísimo menos.

En efecto, el terreno del antiguamente llamado S-23, un enorme sector en el que llegaron a estar planificadas más de 2.000 viviendas, ya no va a ser construido porque fue anulado en los tribunales, antes de que otra sentencia posterior del TSJ eliminara varios sectores más por su excesiva edificación. La solución está pendiente de llegar a través de la modificación del Plan General de Ordenación Urbana. Sin ir más lejos, en febrero se convocó un Consejo Extraordinario de Fomento para tratar de dar salida al futuro del monasterio con el menor coste posible para el Ayuntamiento.

Este histórico recinto religioso, una de las joyas del gótico y el renacimiento burgalés, amenazado de ruina desde hace décadas, pretende ser rehabilitado y gozar de una protección paisajística. De hecho ya se ha restaurado la parte del antiguo palacio para usos culturales y de eventos, pero aún no se ha abierto al público. Preguntadas por este periódico sobre la subasta, fuentes de la familia propietaria del noble inmueble aseguran que "esas ejecuciones no son ni sobre el monasterio ni el palacio ni su entorno" ni tampoco sobre terrenos de su misma propiedad, sino sobre una sociedad que nada tiene que ver con ellos.

Tranquilidad municipal. Por su parte desde el Ayuntamiento de Burgos, el concejal de Fomento, Daniel Garabito, explica que pese a estar pendientes de una revisión del Plan General estas parcelas aparecen como rústicas porque ya recae sobre ellas una sentencia judicial firme, y añade que precisamente el objetivo de la modificación del PGOU es adaptar la realidad a lo que dijeron los jueces, eliminando estas previsiones de viviendas anuladas. Además, sostiene que esta subasta "no afecta en absoluto a los planes del Ayuntamiento para establecer un entorno de protección para el monasterio" puesto que "el planeamiento se elabora abstrayéndose de la propiedad y a nosotros nos da igual quién sea el propietario de los terrenos". Otra cosa es que la participación de los dueños sea decisiva para la gestión urbanística, admite Garabito.