3 años de cárcel por tratar de arrollar a un guardia civil

I.E.
-

Intentó saltarse un control y el agente que lo detuvo tuvo que sacar su arma en el barrio de San Cristóbal, donde acabó la persecución

3 años de cárcel por tratar de arrollar a un guardia civil - Foto: Patricia González

Para dictar sentencia condenatoria por un delito de atentado no es preciso que el acusado haya provocado lesiones graves -ni leves- a un agente de la autoridad, basta con que «el acto de violencia que haya ejecutado resulte potencialmente peligroso para su vida». Así lo señala una reciente sentencia de la Audiencia Provincial, que confirma una pena de tres años de prisión a un hombre que se saltó un control de la Guardia Civil y después trató de arrollar a un agente en moto que lo siguió para darle el alto y detenerlo.

Los hechos se remontan al 19 de mayo del pasado año, a las 20,30 horas. Dos agentes del Subsector de Tráfico de la Benemérita se hallaban practicando un control rutinario en la rotonda de Villímar, la de la carretera de Poza. Observaron -lo habían apreciado un poco antes por el ruido- que dos vehículos llegaban picados o haciendo una carrera hasta el punto en que se encontraban. De hecho, en plena glorieta y con ellos presentes los dos conductores la tomaron por el interior para adelantar a un tercer automóvil que circulaba por el carril exterior. Uno de los guardias civiles se situó en el carril central para mandar parar a ambos, pero solo uno de ellos lo hizo. El otro maniobró para evadirse y a punto estuvo de atropellar a uno de los agentes, quien tuvo que salir corriendo hacia el lugar donde tenía aparcada la moto porque si no se lo llevaba por delante.

(Más información en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)