Cirugía de urgencia para salvar la joya de Sargentes

I.P.
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Batea Restauraciones traslada al taller de Burgos el retablo de la iglesia de Santa María la Mayor, de finales del XVI, atribuida al maestro de Tubilla del Agua. Humedades, xilófagos y varios repintados han dañado gravemente la obra

Sonia García va limpiando con suma delicadeza las capas de repintado hasta llegar a la original. - Foto: Patricia González

El estado de deterioro del retablo mayor de la iglesia de Santa María la Mayor de Sargentes de la Lora era tal que durante el desmontaje del mismo para su traslado al taller de la capital, los restauradores pensaban que muchas piezas se les iban a deshacer entre las manos. «Hemos trabajado de todo, pero este retablo es de lo peor que nos hemos encontrado», explica Fernando Zamanillo, de Batea Restauraciones S.L., la empresa adjudicataria de las obras de restauración de esta pieza del finales del siglo XVI atribuida al taller del maestro Juan de la Guerra, de Tubilla del Agua.

Ese deterioro es, por otra parte, un reto para los profesionales de Batea, que tienen que dejar en cada pieza lo mejor de su sabiduría; una vez finalizado, el cambio será tan visible que llamará la atención, «Memos mal que hacemos fotos y documentamos  todas las piezas,  porque si no  más de uno no podría ni reconocer el retablo del deterioro que sufría», añade.

Humedades, efectos de agentes xilófagos y hasta cinco capas de repintado en algunas tallas han sido los factores que durante siglos han provocado graves daños, que, de haberse tardado unos años más en intervenir, podrían haber supuesto perder este retablo, una pieza de gran valor. Uno de los repintados que más ha dañado la obra parece ser del siglo XIX, cuando se daban mucho unos betunes en caliente para ir tapando los desperfectos que salían a la luz. Luego hay otros posteriores de purpurinas, que pueden ser los años 70 u 80 del siglos XX, purpurina que se extendió a la pared de la iglesia; en esta el proceso de retirada es costoso, pero no es tan dañino.

La presencia de esos repintados implica que para llegar a la policromía original se precisa de un minuciosos trabajo, delicadeza y paciencia, además de saber utilizar los productos adecuados en cada fase del proceso. «Antes de proceder con las piezas, se han realizado  pruebas de eliminación de repintes de los colores utilizados, rojo y azul; las piezas  en las que hay solo oro son más fáciles de recuperar que en la que hay también estofado o temple», apunta Sonia García.

Todo el retablo está en el taller, desmontado pieza por pieza, excepto la de la Virgen de las Nieves, que le preside y que fue restaurada hace unos años.

El proceso de restauración sigue sus pautas. Todas las piezas van pasando una detrás de otra por los  mismos procesos para poder trabajar mejor, y que comienza por un sentado de las capas pictóricas a la madera; muchas piezas se ha tenido que endurecer, porque de lo contrario se rompían. Y es extraño, apunta Sonia, porque es madera de nogal, que es muy dura, pero en este caso los xilófagos han hecho estragos, a lo que tampoco ha ayudado las humedades. Los anclajes, añade, estaban sólidos, pero lo que se ha ido deshaciendo es toda la materia lígnea, la madera en todo su conjunto, de ahí también que haya que ir con mucho cuidado al ir retirando el repinte, no hacer demasiada presión porque se puede hasta atravesar la madera con el isopo, reconoce la restauradora.

Pero no todo es negativo, se está descubriendo que la policromía original es de una calidad excepcional, por lo que el cambio va a ser más que notable cuando se vayan retirando las capas repintadas. Lo más importante, explican los restauradores, en este caso, es la consolidación, «es el proceso clave porque ganará dureza y firmeza para durar muchos más años, y tampoco volverán a atacar los xilófagos al introducir resinas». Igualmente, se corregirán desplomes y otras imperfecciones de piezas que se han desplomado, incluso con piezas nuevas de madera que luego se reintegrarán. Los últimos procesos  más visibles para el público son los de los de estucado y reintegración.  

Descubrimiento. El presupuesto de adjudicación de la restauración fue de 33.760 euros, que se han recaudado a través de una campaña promovida por la parroquia y el Ayuntamiento, con la venta de lotería, aportaciones  vecinales y una más importante, anónima. 

Como curiosidad, en el proceso  de desmontaje ha aparecido una tabla que tiene escrita una oración, que también se restaurará. La idea es reinaugurar el retablo a primeros de agosto, coincidiendo con la festividad de la Virgen de las Nieves, patrona del pueblo.