La escuela que se hizo mayor

B.G.R.
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El centro de adultos Victoriano Crémer repasa sus 125 años de historia con un guiño a la enseñanza del ayer, pero mirando con optimismo al futuro tras superar dos momentos en los que el edificio de Sanz Pastor quiso derribarse

La escuela que se hizo mayor - Foto: Jesús J. Matías

¿Qué es prudencia? Una virtud cardinal que enseña a distinguir lo que es bueno o malo. El mensaje está escrito en una pizarra tradicional (nada de digital) y corresponde al libro Resumen de higiene y economía domésticas, de Mariana Álvarez. Junto al encerado, se encuentra la mesa del profesor, con su correspondiente campanilla, a la que siguen 4 filas de pupitres de madera, donde no faltan plumillas y pizarrines. También hay ábacos o mapas físicos y políticos, que por su vetusto aspecto han sido usados mucho y hace no pocos años.

Es el aula que ha recreado la comunidad educativa del centro de adultos Victoriano Crémer para conmemorar sus 125 años de historia. Una vuelta al pasado que se completa con la exposición en vitrinas de emblemáticos libros que han marcado a distintas generación. Divididas en bloques temáticas, una muestra cartillas escolares de 1946 e incluso el cuaderno de una alumna; otra enciclopedias como Álvarez de los años 50 y 60, y hay también un espacio dedicado a la lengua española con una edición del Quijote de 1905.

Las matemáticas están representadas con Primeras lecciones de geometría, de 1909, y las ciencias naturales con un libro de plantas medicinales de 1927. Volúmenes de religión, lecturas tradicionales o álbumes de colección, como el de Billetes del mundo de 1974, completan el recorrido, junto a un homenaje al editor Santiago Rodríguez con la presencia de algunas publicaciones. Esto en lo que al aula se refiere, porque en otra clase del centro se muestran fotografías antiguas en las que se recoge su historia y también la de la ciudad.

Profesores y alumnos, capitaneados por la directora, Marimar Moral, y el jefe de estudios, Roberto de la Torre, han contribuido a dar contenido a esta exposición. Algunos con material que guardaban en casa de sus familiares o buceando en internet para encontrar significativos ejemplares como el de Mariana Álvarez, la primera maestra de las entonces llamadas Escuelas Municipales de Sanz Pastor.

Echaron a andar el 2 de septiembre de 1894 y estaban divididas en dos alas, la zona de chicas y la de chicas. En la primera llegó a haber 200 alumnos y 130 en la segunda. La primera planta se destinó a las viviendas de los profesores y las buhardillas fueron para quienes se ocupaban del mantenimiento del edificio. Los primeros años transcurrieron con la novedad de la aparición del automóvil por la céntrica calle burgalesa, hasta que la Guerra Civil acabó con la normalidad. Los militares compartieron residencia con los docentes, si bien y a diferencia de otros colegios, Moral subraya que en este nunca se llegaron a suspender las clases.

La directora del Victoriano Crémer se ha ocupado de recopilar la historia del centro y subraya dos momentos en que peligró su continuidad. Uno fue en 1965, cuando se acordó el derribo del edificio para hacer un colegio más grande. Se llegó a realizar el proyecto, aunque  no se llevó a cabo. Lo mismo ocurrió cinco años después, cuando también se planteó su demolición para levantar uno nuevo que acogiera la sede de la Dirección Provincial de Educación.

hasta 1980. Fracasados estos dos intentos, las escuelas continuaron con su labor, aunque el número de alumnos disminuyó considerablemente en 1971 con la apertura del colegio público los Vadillos. Se convirtió en un centro que atendía las carencias de otros ante las falta de plazas escolares y  por primera vez, un año más tarde, se destinaron dos aulas para mayores. Tras un tiempo inestable como sede de asociaciones, no fue hasta el año 1980 cuando se convirtió en centro permanente de adultos.

Las escuelas municipales dijeron adiós y en 1995 pasó a llamarse Victoriano Crémer en homenaje al escritor burgalés. Más de 600 alumnos y 23 profesores ocupan hoy en día sus aulas, donde se imparten desde talleres de inglés a cursos de obtención de certificados de profesionalidad o módulos para sacarse la Secundaria Obligatoria. Moral no pide grandes cambios para el futuro. «Estoy muy contenta tal y como está», subraya con los nervios de la conmemoración oficial de este aniversario que tendrá lugar esta mañana (11 horas).

La exposición está abierta al público hasta este domingo, en horario de mañana y tarde, y el motivo de haber elegido este formato para la celebración es muy claro: «Queremos reconocer el trabajo de todos los maestros que han pasado por aquí y dar a conocer a los burgaleses la historia de este edificio y la labor educativa que realiza».