Diego Epifanio llegó a Lugo el verano pasado y firmó un contrato por dos años, pero en él había una cláusula por la que el Breogán se guardaba el derecho a prescindir de sus servicios si no llegaba a la Final Four. Como la LEB Oro ha sido cancelada a la mitad y no se ha podido jugar esa fase, el técnico burgalés no ha cumplido ese requisito, aunque sí que estaba en disposición de jugar el play off. La intención de las dos partes es seguir de la mano la próxima temporada, pero el club gallego quiere renegociar las condiciones después del golpe económico que ha supuesto el coronavirus.

En el momento en el que se paró la competición, el conjunto lucense ocupaba la octava posición, que da derecho a jugar la fase de ascenso, y estaba muy cerca de los primeros puestos. Sin embargo, la Federación Española de Baloncesto (FEB) decidió que no se reanudara la liga y otorgar el ascenso a los dos primeros, una decisión que no comparte Epifanio: «Cada uno ha hecho la guerra por su cuenta y ha defendido sus intereses. Si pueden jugar los equipos de Tercera División de fútbol, categoría en la que hay mucha gente amateur, no entiendo cómo no jugamos nosotros, que todos somos profesionales. Queríamos ganarnos el derecho de subir en la pista».

La frustración por no haber tenido esa posibilidad no le impide pensar con claridad sobre su futuro y asegura que su intención en seguir en Lugo: «A día de hoy pertenezco a la disciplina del Breogán. Renuncié a dinero por querer hacer un proyecto a dos años.  Creía que eran necesarias dos temporadas para llevar a cabo algo serio».

El Breogán también quiere dar continuidad al preparador burgalés en el banquillo, aunque le ha pedido una bajada salarial por la crisis económica que ha generado la COVID-19. «Entiendo que todos tenemos que hacer un esfuerzo en estas circunstancias y habrá que valorar las condiciones que me ofrecen. Espero que luego en los momentos buenos los clubes se acuerden de los técnicos y los jugadores que hicimos un esfuerzo», explicó Epi, que es optimista en cuanto a su futuro en tierras gallegas. «Quiero seguir. Estoy a gusto allí», concluye.