Dos internos de la residencia San Salvador de Oña, del pabellón 2.0 de geriatría, han dado positivo en coronavirus tras realizarles el test serológico IgM -que mide los niveles de Inmunoglobulina M a partir de una muestra de sangre- después de que la PCR -que evalúa la presencia del la SARS-CoV-2 porque detecta el fragmento del material genético propio del virus- diera negativo. Uno de ellos, que presenta un cuadro leve de la enfermedad, permanece aislado en el centro junto a otros tres usuarios con los que ha mantenido contacto porque comparte dormitorio y mesa de comedor. El otro, con neumonía, se encuentra ingresado en el Hospital Universitario de Burgos (HUBU) desde hace varios días.
«Las pruebas las vamos haciendo poco a poco para comprobar como es la situación de cada persona. En concreto, al paciente que se encuentra aislado se las hemos realizado porque el pasado viernes se trasladó a un hospital de la provincia ya que tenía una consulta médica», explica María Uzquiza, la directora del centro para mayores. No obstante, desde la residencia no quieren aventurarse a pronosticar como se produjeron los contagios y aseguran que siguen llevando las medidas de seguridad que hasta ahora: extremar la precaución, usar equipos de protección y la higiene de manos.
Los trabajadores fueron informados ayer de la nueva situación en la que se encuentra la residencia y de las medidas que deberán adoptar a partir de ahora para intentar que no se extienda por todo el centro, en el que hay 225 residentes, de los que el lunes tan solo había uno aislado sin síntomas de la COVID-19.
«Nos han comunicado que nos pongamos en contacto con nuestros médicos de cabecera para que nos realicen el test lo antes posible aunque nosotros consideramos que nos les debería proporcionar directamente la Junta», manifiesta uno de los representantes del Sindicato Obrero Independiente. Actualmente, «disponemos de todo tipo de EPI, se han quitado las bolsas de basura con las que estábamos trabajando, nos han entregado batas impermeables y mascarillas FFP2», añade. Tras recibir la noticia, se procedió a aplicar un protocolo de seguridad, que implica todo el cambio de ropa y de horarios de comidas y cenas.
Visitas. La nueva situación de la residencia oniense, que hasta el día de ayer no registró ningún positivo en coronavirus, pese a que muchos de los empleados proceden de ciudades donde el virus ha golpeado con fuerza, no va a suponer un cambio de planes en cuanto a la autorización de visitas a partir del lunes en los cinco centros que gestiona la Diputación, asegura la diputada responsable de Bienestar Social, Inmaculada Sierra. Ya se están poniendo en contacto con las familias para programar las mismas, siguiendo los protocolos marcados, para que se puedan reencontrar con sus seres queridos.
Asimismo, dicha situación «nos obliga a actuar siguiendo la normativa que tenemos establecida en las cinco residencias de la Diputación y a las personas que sean positivas, como por ejemplo la que está en el hospital, se la aislará una vez regrese a la residencia, al igual que al resto de usuarios que hayan estado en contacto con ella para minimizar el riesgo de contagios», manifiesta Sierra, quien considera que «ahora estamos en una mejor posición para enfrentarnos al virus e intentar atajarlo».
Estos primeros casos en la residencia de Oña sirven para recordar que «no hay que bajar la guardia porque el virus todavía está ahí, está vivo y propagándose». Sobre el posible foco de infección, Sierra manifiesta que es muy complicado saber dónde está el origen y cómo o cuándo ha entrado en el centro.