La ciudad cuenta solo con 10 kilómetros de carril bici y en la última década no ha añadido ni un solo tramo. En el Plan General de Ordenación Urbana se recoge un trazado de 78 kilómetros pero la idea se ha abandonado, dejando un recorrido inconexo y que en algunos puntos incluso acaba en una pared. 

La alternativa a un carril exclusivo pasaba por hacer las calles más ‘amables’ para las bicicletas con medidas como reducir el límite de velocidad en el casco urbano, diseño de itinerarios seguros o mejora de la señalización. Sin embargo, esta opción tampoco ha tenido un gran impulso. «No tiene sentido hacer charlas en los colegios sobre los medios de transporte alternativos al coche cuando los niños que quieren usar la bicicleta no pueden hacerlo de forma segura», lamenta Izquierda Unida, formación que denuncia la dejadez del equipo de gobierno a la hora de cumplir con los objetivos fijados para lograr un desarrollo sostenible. 

Además del carril bici, también han quedado en el olvido otros proyectos, como la instalación de 2.200 puntos de recarga eléctrica, los autobuses híbridos, fomentar el uso del patín eléctrico o dotar a los empleados municipales de otros vehículos menos contaminantes que el coche. Asimismo «se dejó morir» el servicio de préstamo de bicicletas y las mismas se acabaron donando a empresas privadas. «Nunca se hizo un estudio para lograr que fuera un servicio útil. Estaba mal planteado y por eso no funcionó», asegura Guillermo Ubieto. 

En su opinión, la estrategia del equipo de gobierno en los temas medioambientales es únicamente «de cara a la galería» ya que «a la alcaldesa le gusta hacerse fotos para quedar bien con la opinión pública pero no hace nada». En este sentido, pide a Hernando que se implique en la defensa de un ferrocarril social en vez de centrarse en el AVE.