'Basoira' que educa y decora

P.C.P.
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Emilio Pascual expone alegres creaciones con mensaje en Casa Barría de Pradoluengo

Irene, que gestiona Casa Barría, junto a uno de los collages de Emilio Pascual. - Foto: Luis López Araico

Persianas, cucharilla, suelas de zapatillas, cubo, botella, tapones, matamosquitos, chola, varios elementos de plástico y cola termofusible. Con todos estos elementos se propone Emilio Pascual decorar su salón y, de paso, poner el foco sobre  el medio ambiente. Mediterranean Fish se titula la obra, una de las 15 que se encuentran expuestas hasta mediados de mayo en el Hotel Rural Casa Barría de Pradoluengo.
Forman parte del proyecto bautizado Basoira, que si bien suena a basura se traduce como escoba en gallego. De allí procede la madre de este educador social nacido y criado en Pradoluengo. Le gustó esa idea de barrer la basuraleza y a la vez las conciencias y comenzó a crear con ellas cuadros que tienen una vocación «más educativa que artística», explica Emilio Pascual. Pero los collages alegres y coloridos han triunfado entre los visitantes de la exposición, donde ha vendido casi todos. «Me cuesta desprenderme de ellos», reconoce, pues nunca antes los había puesto a la venta.

En sus obras predominan los «peces y caras», porque con«una suela y un tapón» pasa lo mismo que con un 6 y 4 (dibujo la cara de tu retrato).Por contra, el material es de lo más variopinto. Emilio guarda clasificado mucho de sus estancias en Asturias y Portugal, pero también de lugares que nunca ha pisado, como Tailandia. «Los amigos saben que regalarme y el planeta gana», apunta complacido. Abunda la recogida en las costas, «porque al final todo acaba en el mar».

‘Basoira’ que educa y decora
‘Basoira’ que educa y decora - Foto: Luis López Araico

Emilio comenzó dibujando las sombras que proyectaban los residuos iluminados con un foco, pero pronto se dio cuenta de que no había necesidad de gastar lienzos cuando podía utilizar como soporte la propia basuraleza. En algunas composiciones han colaborado los chicos del centro de Salamanca en el que trabaja como educador. Otras han sido utilizadas para abordar con alumnos de colegios e institutos problemas como el de los microplásticos.«Basuraleza es una palabra que hay que trabajar, es importante que la gente entienda» la magnitud del problema. Esta filosofía conecta muy bien con la de Irene y Esther, las emprendedoras que regentan desde noviembre la bella Casa Barría y que apuestan por la sostenibilidad, sin plásticos y con productos ecológicos, tanto en el hotel rural con el bar restaurante.