El violeta ha vuelto a las calles. Después de un terrible verano en el que prácticamente se ha contabilizado una víctima de violencia de género cada dos días, con dos fallecidas en la provincia de Burgos, el colectivo 8 de marzo ha convocado una huelga que ha sido secundada por cerca de medio millar de personas que han querido visibilizar que la lucha contra el machismo sigue muy viva. 

La marcha ha comenzado sobre las 20.30 en la Plaza del Cid y ha recorrido varias calles del centro de la ciudad hasta llegar a la Plaza Mayor. 

Bajo el lema «juntas contra las violencias machistas» y «por una vida digna y sin miedo», las personas asistentes han querido visibilizar el maltrato que sufren las mujeres, más si cabe, ha recordado Laura Pérez, presidenta de la Asociación La Rueda, después de los últimos tres meses.

La marcha, que se ha celebrado en otras 300 ciudades españolas, también ha querido recordar aquellas agresiones sexuales que han tenido lugar a lo largo del verano. «Es necesario salir a la calle y lo seguirá siendo porque, lamentablemente, estamos condenadas a seguir jugando a una ruleta rusa en la que en cualquier momento, en cualquier esquina, podemos sufrir cualquier atentado a nuestros derechos humanos fundamentales», ha sentenciado Pérez.