Los sucesores de Marceliano Santa María defienden el Museo

A.M.
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Consideran que el trato que ha recibido el legado del pintor, que en su inmensa mayoría no es municipal, no es acorde a lo pactado cuando se creó la pinacoteca, en los años 60

Los sucesores de Marceliano Santa María defienden el Museo - Foto: Alberto Rodrigo

Falta de tacto y olvido. Los sucesores de Marceliano Santa María creen que el Ayuntamiento les está aplicando la misma receta que, aseguran, lleva décadas utilizando para la gestión de la colección del pintor burgalés. Más que a ellos, a la memoria del artista, cuya unión umbilical con su tierra no sólo se plasmó en toda su obra y acabó siendo el revulsivo que nadie encontraba para el entonces ruinoso monasterio de San Juan, consagrado a albergar una muestra de más de 200 cuadros de Santa María desde finales de los años 60.

El actual Ejecutivo local, con Javier Lacalle a la cabeza, lleva años merodeando la idea de ampliar los usos del cenobio. Ha logrado la vieja aspiración de conseguir la cesión definitiva del inmueble (pertenecía al Estado y su uso municipal obedecía a los acuerdos firmados en su momento para la creación del Museo y el Patronato mixto que velaría por su buena marcha) y, al alimón, ha licitado la obra de lucimiento de todo el conjunto y cobertura del claustro.

Coincidiendo con el reciente inicio de esas actuaciones, Lacalle subrayó su intención de que el Museo abandone su condición monográfica. «El área de Cultura está trabajando en los detalles del futuro Museo, que tendrá una parte importante de Marceliano pero dejará paso a otros artistas. Tendrá obra permanente y exposiciones puntuales para que no sea estático, que es el error que ya cometimos». Esas declaraciones se hicieron tres días después de que toda la ciudad viera las imágenes del traslado de los cuadros de Santa María a «otras dependencias» del Monasterio, un traslado que, al menos a la vista de las fotografías, no parece que se hiciera con el celo extremo que requiere una actuación así.

sin consultas. Es en ese contexto en el que la familia Arán Martínez de Setién, sucesora de Marceliano Santa María, no oculta su inquietud por la falta de información sobre lo que está ocurriendo y va a ocurrir con la colección, formada por 205 obras propiedad del Estado, 24 cedidas por la familia (en depósito, al igual que los anteriores) y 19 de los fondos municipales. «Que no nos hayan notificado nada ni sepamos qué va a pasar con la colección, en la que hay obras cedidas por la familia, nos causa perplejidad. No sabemos absolutamente nada de lo que se pretende hacer ni con el Museo ni con los cuadros, y esto es lo que no nos parece adecuado», avanzan.

Marceliano Santa María no tuvo hijos biológicos (sí adoptó a un sobrino-nieto), pero la familia de sucesores, muy amplia y buenos conocedores del mundo jurídico, mantiene impoluta la voluntad de preservar el legado del llamado ‘pintor de Castilla’, «que objetivamente ha sido el artista burgalés más premiado que ha habido». Dejan claro que su voluntad es la de «llegar a un acuerdo» lo más cordial posible con el Ayuntamiento y que está lejos de su intención causar ninguna polémica, pero tampoco se arrugan y exigen que «se respete y trate dignamente» a la colección, «porque si va a acabar en un rincón...». 

Su mano está tendida, pero ponen algunas condiciones que consideran innegociables. La primera, la unidad de la colección, que es una gran representación de las más de 1.300 obras que pintó Santa María. «Nos parece bien que mejoren San Juan, que ganen espacio y, si caben otros artistas, adelante. Pero es que no sabemos nada de lo que quieren hacer. El Museo se creó como un centro monográfico y tienen 40 sitios cerrados en Burgos en los que pueden dedicar cuanto espacio consideren oportuno a otros artistas. Artistas que, por otro lado, ya tienen espacio en el Museo de Burgos», continúan.

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