«Mujer, si te han agredido, ven y denuncia»

ANGÉLICA GONZÁLEZ
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María Boado, fiscal de violencia de género en Burgos, repasa la actualidad y las leyes que rigen en este campo en una amplia entrevista con DB

«Mujer, si te han agredido, ven y denuncia» - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

Cerca de veinte años de trayectoria profesional como fiscal delegada de violencia de género le han dado a María Boado (Burgos, 1973) no solo un gran conocimiento del campo sino una especial sensibilidad que hace que en no pocas ocasiones termine su jornada laboral con algún caso especialmente grave en la cabeza relacionado, a veces, con mujeres que a pesar de sufrir malos tratos no terminan de dar el paso y denunciar, algo que comprende perfectamente porque entiende sus miedos. La fiscal, que lo es de Burgos y de Castilla y León,  explora, además, el aspecto académico de la violencia contra las mujeres y se muestra especialmente combativa contra los prejuicios que identifican a las víctimas con un determinado tipo de mujer. En este sentido, acaba de publicar un interesante artículo en la Revista Jurídica de Castilla y León en el que hace hincapié en la necesidad de que los operadores jurídicos se formen en perspectiva de género para que aprendan que no existen «víctimas de manual».

¿Cómo se ha cerrado 2021 con respecto a los casos de violencia contra la mujer?
Pues lo tengo muy reciente porque estamos preparando la memoria. Desgraciadamente, ha habido un incremento con respecto a 2020 -que hubo un bajón, pero que no he podido considerar relevante por la pandemia- pero también al 19, ya que me interesó ver la diferencia con la fase prepandémica. Este aumento, tanto en número de denuncias como de procedimientos, está alrededor de un 11% y un 13%.

¿Tienen alguna clave para saber si este incremento tiene que ver con que hay más violencia o con que las mujeres se atreven más a denunciar estas situaciones?
Creo que es imposible saberlo. Como soy una persona optimista quiero pensar que con todo lo que se está luchando las mujeres se atreven más a denunciar.

¿Cree que puede tener que ver con el cambio que se va dando tanto entre los operadores jurídicos como en las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado en el sentido de que ya no se juzga a las víctimas, algo que antes era muy frecuente?
Espero que sí porque se está trabajando mucho en perspectiva de género y para ser especialmente cuidadosos en el trato a las mujeres de manera que se sientan cómodas, seguras  y protegidas, para que esto se convierta en un ambiente no desagradable dentro de las dificultades que supone venir con ese problema. Espero y confío de verdad en que la formación en perspectiva de género esté ayudando.

¿Qué tipo de delitos son los que más frecuentemente llegan?
Más maltrato y amenazas por las parejas y exparejas que delitos sexuales que, por supuesto, también existen. Las más numerosas son aquellas violencias ocasionales que dan lugar a una denuncia por parte de la mujer. Y a través de redes sociales hay muchísimos delitos de invasión de la intimidad, por ejemplo, entrar en los correos o en los teléfonos de las mujeres o de las exmujeres, ha habido un notable incremento.

¿Son mujeres jóvenes las que sufren más este tipo de acoso a través de los dispositivos de comunicación o no necesariamente?
Sí, son jóvenes, pero tampoco estoy hablando de chicas recién adquirida la mayoría de edad. Porque es cierto que cada vez es más frecuente que hombres de una cierta edad cometan estas acciones porque manejan  sin problemas las redes sociales, ya no estamos en barbecho en este sentido. Hay hombres con capacidad para interferir en las comunicaciones de sus parejas, que es un delito contra la intimidad.

En unas declaraciones suyas le escuché decir que hay gente que no es consciente de que es delito mirar el móvil de su pareja o entrar en su correo. ¿Cree que hay suficiente conciencia a este respecto?
Entiendo que sí. Si hablamos de población muy joven, de menores, quizás hay una falta absoluta de consciencia en los chicos de que es un delito pedir a su novia que le dé las claves de acceso a su correo o le pregunte que con quién está hablando por el móvil. Ahora, las personas con una cierta madurez que llegan a realizar operaciones informáticas para acceder a unos mensajes privado lo hacen con una total consciencia y voluntad.

(La entrevista completa, en la edición de hoy de Diario de Burgos)