La Dirección General de Tráfico ha iniciado este lunes una campaña de vigilancia del consumo de alcohol y drogas al volante en las carreteras burgalesas hasta el próximo 9 de junio. En esta ocasión, se pondrá especial énfasis en el control de los conductores de furgonetas debido al aumento del transporte de paquetería en los últimos años. 

Tal y como ha recordado el director provincial de Tráfico, Raúl Galán, el alcohol es uno de los factores recurrentes en la accidentalidad y el desencadenante de un tercio de los siniestros mortales. En este sentido, ha recordado que su consumo multiplica entre 2 y 15 el riesgo, dependiendo de su tasa. 

Según datos del Instituto Anatómico Forense del año 2017, de las 955 pruebas de alcohol practicadas a conductores fallecidos, 175 presentaron tasa superior a la legalmente permitida, siendo en la mayoría de los casos tres veces más que la máxima legal. 

El pasado año se practicaron en las carreteras de la provincia de Burgos un total de 2.689 pruebas de alcoholemia de las cuales en 19 ocasiones los conductores dieron positivo, lo que supone menos de un 1%. Esto indica, según Galán, que la concienciación es cada vez mayor en este país, algo que contrasta en el caso de las drogas. En este sentido, en 2018 se llevaron a cabo 92 pruebas de las que 29 arrojaron un resultado positivo, es decir, un 31.52%. 

En la campaña de este año colabora la Asociación de Personas con Lesión Medular y otras discapacidades físicas, ASPAYM, que bajo el lema 'No corras, no bebas... no cambies de ruedas' tratan de concienciar a los conductores y acompañantes de los vehículos sobre el grave riesgo que supone para la conducción el consumo del alcohol y drogas.