Peligran 9 tipos de aves por la agricultura extensiva

S.F.L.
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La escasez de árboles impide que los pájaros insectívoros aniden, denuncia Josu Olabarria, que propone colocar cajas nido y comederos en jardines y huertos para evitar su desaparición

Josu Olabarria coloca las caja nido y los comederos en su jardín para que los pájaros sobrevivan los duros inviernos. - Foto: DB

El desequilibrio que el paisaje burebano ha vivido en las últimas décadas como consecuencia de la «agricultura extensiva y la concentración parcelaria ha provocado que múltiples especies animales hayan desaparecido de su medio», declara Josu Olabarria, un especialista en aves que además gestiona la Casa del Parque de Oña. En concreto, «nueve especies de pájaros insectívoros que habitan en La Bureba han sufrido un importante descenso de población tras no disponer de árboles para anidar en invierno», añade.

Cuando a través de la mano de obra humana desaparecen ciertos refugios naturales -como bosques isla o matorrales- los animales que  tradicionalmente ocupaban el campo y allí se cobijaban poco a poco se han visto obligados a abandonar sus hábitats. Es entonces el momento en el que las plagas salen a batalla. «En el momento en el que se produce un desequilibrio tan grande en el medio natural otras especies se hacen con el espacio», declara Olabarria.

La falta de árboles ha generado que el número de aves insectívoras tan comunes en la comarca y tan útiles como ‘insecticidas naturales’ haya descendido notablemente. Según el especialista, el carbonero común, el herrerillo, el colirojo tizón y real, el gorrión común y chillón, el petirojo, el chochín y el papamoscas gris apenas cuentan con áreas para construir sus nidos y la mayoría de los ejemplares no sobrevive al primer invierno. Igualmente, lamenta que depredadores como la comadreja, la garduña o la jineta, cuya principal dieta se centra en los roedores, desaparezcan.

Josu Olabarria pretende concienciar a la ciudadanía de la importancia que conlleva para todos la conservación del medio ambiente y de las especies animales y vegetales. Para ello, propone la construcción de cajas nido y comederos para colocarlos en jardines o huertos y así contribuir en que las aves, sobre todo las insectívoras, «continúen aleteando y cumpliendo su función en el ciclo de la vida». Dichos pájaros anidan con el comienzo de la primavera y antaño levantaban sus nidos en los huecos de los viejos árboles en los bosques maduros. Sin embargo, estos  han ido desapareciendo en La Bureba donde únicamente existe algún bosquete de pinos de reforestación de la misma edad. «Les llamo bosques nazis porque todos son altos, rubios y con ojos azules. Un bosque maduro es como una sociedad humana, desde el recién nacido hasta el muerto del cementerio. Es fundamental que se conserven los árboles más viejos con huecos donde los pájaros puedan cobijarse», expone el vasco.

Asimismo, la colocación de estas cajas en entornos naturales no solo ayudará a conservar las especies de insectívoros en la comarca sino también otras. «Dependiendo del diámetro del agujero de los refugios podrán introducirse otras aves», indica el experto. Olabarria también recomienda situar los comederos y los ‘hoteles de invierno’ en jardines y huertas ya que «estos pájaros acaban de un plumazo con las plagas». Una vez que crían alimentan a sus polluelos con grandes cantidades de orugas, principales depredadoras de verduras, hortalizas y plantas.

Así, el encargado de gestionar la Casa del Parque oniense impartirá un taller de elaboración de estos dos artilugios el sábado de 12 a 14 horas en la villa condal. Los interesados deben realizar una inscripción previa porque hay plazas limitadas. Además, explicará a los asistentes la necesidad y los beneficios que acarrean la atracción de aves a jardines y huertos.