Récord de aspirantes a la mili voluntaria a tiempo parcial

G. Arce
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Hombres y también mujeres quieren servir a su país, vestir de caqui unas semanas y vivir otra experiencia más allá de los 40 años. Las Fuerzas Armadas ganan imagen y suman experiencia

Francisco Javier Alonso pasa las pruebas médicas - Foto: Jesús J. Matías

Los tiempos están cambiando. A punto de cumplirse los 18 años desde la desaparición del Servicio Militar Obligatorio en España, con unas Fuerzas Armadas profesionalizadas, modernas e internacionales y, por qué no ocultarlo, con un sentimiento patriótico más sensible que nunca, resurge con más fuerza la mili voluntaria a tiempo parcial, la figura del reservista voluntario. Los 61 aspirantes que optan en Burgos a las 150 plazas convocadas por el Ministerio de Defensa el pasado mes de octubre suponen la cifra más alta de los últimos años. Por cada destino vacante, hay 13 hombres y también mujeres que quieren aportar sus capacidades y experiencia en beneficio de la defensa nacional.


A la Subdelegación de Defensa de la calle Vitoria están acudiendo estos días civiles procedentes de siete provincias integradas en cuatro comunidades autónomas (País Vasco, Cantabria, La Rioja y Castilla y León, con Burgos y Soria) para intentar encajar en el amplio abanico de plazas disponibles, con perfiles como los de conductor, técnico de FP, enfermero, veterinario, médico, químico, periodista, farmacéutico y un largo etcétera más.


La demanda supera la media de los últimos años. El pasado año, con 100 plazas disponibles, hubo solo 35 solicitudes; en 2017 se quedaron en 48; y  en 2016 se alcanzaron las 64... Se han notado un aumento de los aspirantes -más de 2.400 en el conjunto de España- aunque la Subelegación de Defensa no lo atribuye a una circunstancia excepcional concreta.

Raúl Corrales entrega los papeles al teniente coronel Jesús Vicente JiménezRaúl Corrales entrega los papeles al teniente coronel Jesús Vicente Jiménez - Foto: Jesús J. Matías


El 80% son hombres y el 20% mujeres (por encima del 12-14% que integran actualmente las Fuerzas Armadas), con edades comprendidas entre los 18 y los 56 años (el tope son los 58), aunque abundan los que sobrepasan los 40 y, especialmente, los que no vivieron la mili obligatoria.


El equipo dirigido por el teniente coronel Jesús Vicente Jiménez, responsable del Área de Reclutamiento y también del Centro de Selección, se encarga de supervisar que los civiles cumplen con los requisitos exigidos para las vacantes que solicitan, además de los reconocimientos médicos y psicológicos oportunos. "Es importante que la titulación del aspirante coincida con la que se exige para cada plaza. Un médico no puede entrar en una plaza de enfermero. Comprobamos ese requisito y además lo baremamos. Se valora la experiencia y los máster y cursos realizados".


Para ser reservista hay que tener la nacionalidad española, carecer de antecedentes penales y de tatuajes, especialmente los que contengan expresiones  o imágenes contrarias a los valores constitucionales, autoridades, virtudes militares, que reflejen motivos obscenos o inciten a discriminaciones de tipo sexual, racial, étnico o religioso. Y a los tatuajes se suman las argollas, espigas e inserciones, automutilaciones o similares... 

José María Ortega, periodista del Tribunal Superior de JusticiaJosé María Ortega, periodista del Tribunal Superior de Justicia - Foto: Jesús J. Matías


4.000 activos

La figura del reservista voluntario es reciente. Surgió en 1999, con la Ley del Régimen Militar, pero la primera convocatoria no se realizó hasta 2003. Se empezó habilitando 2.500 plazas al año, aunque en la actualidad se han rebajado a las 100 o 150.
En España hay en torno a 4.000 reservistas, ciudadanos españoles que firman un compromiso con las Fuerzas Armadas de entre 2 y 3 años renovables. Deben estar disponibles al menos un mes al año (y un máximo de 4 meses) y mostrar, si así lo desean, su conformidad para participar en misiones en el extranjero para el mantenimiento de la paz y la seguridad.


Pese a la gran cantidad de aspirantes, en la convocatoria vigente no hay plazas en Burgos, aunque la Subdelegación de Defensa cuenta con reservistas voluntarios. De hecho, el Área de Reclutamiento ha activado recientemente a una cabo reservista que es auxiliar de enfermería y un alférez psicólogo. "La activación depende de las necesidades de cada unidad y no siempre es igual. Al reservista solo se le reclama para aprovechar sus capacidades profesionales en beneficio de la defensa nacional, nunca para una unidad combatiente".


Caqui.

Todos los seleccionados deben pasar un periodo de formación militar básica cuya duración oscila entre un día y un mes, dependiendo de los conocimientos en la materia. Su nivel educativo es el que determina los empleos militares y los sueldos a cobrar durante el periodo de activación: desde soldado o marinero (ESO o equivalente), pasando por sargento (Bachillerato o FP) o alférez (diplomatura y título universitario).


Visten de uniforme reglamentario, aunque llevan un distintivo específico que le identifica.

 

Si se solicita la excedencia en el puesto de trabajo, la empresa está obligada a mantenerlo para cuando se termine la activación.


Terminado el compromiso, se expide un título honorífico con el empleo desarrollado en el voluntariado. Es más, las Fuerzas Armadas mantienen el vínculo y permiten asistir a sus voluntarios de uniforme a los actos y ceremonias propios de la unidad, centro u organismo donde se prestaron servicios.

 

Francisco Javier Alonso: "Siempre me han llamado a atención las Fuerzas Armadas"


Palentino de 38 años, trabaja como enfermero en el Hospital Universitario de Valdecilla, en Santander. "Tengo una conocida que es reservista voluntaria y que me avisó de la convocatoria de plazas. Reconozco que siempre me ha llamado la atención en el tema de las Fuerzas Armadas y ahora que tengo la oportunidad, pues adelante...".
No ha puesto limitaciones a su futuro destino, aunque dependerá del tiempo del que disponga en su trabajo. Entre los enfermeros es relativamente habitual solicitar plazas de reservistas. Hay muchas...

 

Raúl Corrales: "No me hubiera importado hacer la mili"


Raúl es burgalés y tiene 43 años. Cuenta con familia en las Fuerzas Armadas aunque él nunca ha vestido de caqui. "No hice la mili porque cuando era obligatoria estaba estudiando y justo dejó de serlo cuando terminé. Nunca me hubiera importado hacer la mili. Es una vocación que siempre ha estado ahí...".


Ha solicitado plazas en las que piden licenciados en Química, ambas en Madrid, vinculadas a un laboratorio de análisis.  Llevaba 17 años en una empresa farmacéutica y ahora está en el paro desde hace un año. "Quiero cumplir con un sueño que siempre he tenido y ahora tengo disponibilidad total. Es una labor de servicio público". En un mes, más o menos, sabrá si ha sido elegido o no.


José María Ortega: "Es una experiencia humana y profesional que no me quiero perder"


Este periodista granadino de 45 años es el responsable de prensa del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León y acaba de pasar las pruebas en la Delegación de Defensa. No ha hecho la mili, aunque tiene raíces familiares militares, y profesionalmente ha estudiado la evolución de la imagen de las Fuerzas Armadas en España a lo largo de los últimos años. "Es una de las instituciones más valoradas por la sociedad y me gustaría saber cómo lo han hecho y aportar mi experiencia en comunicación".


Opta a una sola plaza en el Centro Superior de Estudios para la Defensa, ubicado en Madrid. Sabe que no es un destino fácil y, si hay suerte, pedirá un permiso para poder entrar en el Ejército durante un tiempo. "Es una  experiencia que, desde el punto de vista humano y profesional, me gustaría vivir y una manera de ayudar a tu país".