El VIII Centenario como ejemplo para vender la marca España

Á.M.
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El presidente nacional de la Cámara y de Freixenet ha puesto como ejemplo este proyecto cultural en sus conversaciones con el Rey y Exteriores. «Puede acelerar el interés por venir a España», defiende

Bonet (i), con Antonio Méndez Pozo, vicepresidente ejecutivo de la Fundación VIII Centenario, en imagen de archivo. - Foto: Alberto Rodrigo

Gastar un presupuesto que España no tiene para ‘venderse’ en los medios extranjeros puede ayudar, pero la restauración de la imagen del país como potencia turística mundial no se hará a golpe de anuncio. O al menos no solo a golpe de anuncio. Así lo entiende el presidente de Cámara España y del Grupo Freixenet, José Luis Bonet, quien en los últimos días ha estado en comunicación tanto con el Gobierno, a través de su ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, como con los reyes de España, «que están muy activos y preocupados por ayudar en todo lo que pueden».

En esos encuentros, el también doctor en Derecho defendió que «ante el gravísimo problema que tenemos con el turismo» como consecuencia de la crisis sanitaria se abren diversos escenarios de reacción, «pero yo pienso que podría ser muy útil plantear proyectos específicos territoriales, y si pueden conectarse entre ellos, mejor». 

Para Bonet, un ejemplo paradigmático de esas apuestas transversales está «en el año 2021, cuando coincidirá el Año Santo Jacobeo con el VIII Centenario de la Catedral de Burgos». Esto puede ser muy atractivo sobre todo para el mundo europeo, que tiene una tradición del Camino muy importante. Cosas así, junto con lo que se está haciendo en Burgos con la Catedral, son las que podrían acelerar el interés por venir a España otra vez, que es de lo que se trata», amplía.

La preocupación del presidente cameral se agudiza porque, continúa, «no somos de los países que han salido mejor librados de todo esto, así que debemos estar en primera fila cuando haya un rebote positivo de movimientos». Sobre los tiempos, cruciales para atajar la hemorragia económica que sucederá a la crisis sanitaria, entiende que «no será inmediato» pero sí muestra cierta confianza en que «empecemos ya este verano». «Cuanto antes, mejor. No podemos perder otra oportunidad porque el turismo es un sector estratégico para el país».

Compartió Bonet con Felipe VI y Exteriores en que «España ha logrado en 40 años una mejora enorme de su imagen en el mundo y eso no se puede perder; se tiene que ver a España como un país sólido, seguro y de libertades», aspectos todos que han sido puestos en cuestión en los dos últimos meses.

Rebotes y curvas. Metidos ya en un nuevo escenario, la crisis sanitaria y la económica se abren paso al mismo ritmo y, toda vez que el sistema de salud pública se ha mostrado capaz de retomar una relativa calma y de enfrentar la pandemia, se debate, no sin discrepancias, cómo intervenir en el maltrecho tejido productivo de la forma más eficiente posible. 

«En el aspecto sanitario soy optimista. No soy un experto, pero creo que si se da un rebote en otoño ya cogerá confesado al personal. Estamos viendo que se dan avances en la investigación y, en definitiva, creo que estaremos mucho mejor preparados para afrontar la enfermedad. Sin restar gravedad a la situación, soy optimista. Me preocupa más el aspecto económico», añade el empresario.

Llegado a este punto, su discrepancia con el Ejecutivo de coalición reside en cómo maniobrar. «Las políticas para una recuperación absolutamente necesaria no se enfocan a lo principal, que es la empresa. Somos una economía de mercado y si alguien quiere mover las palancas, la primera es la empresa. Se está hablando mucho del escudo social, y obviamente es necesario atender a las personas vulnerables, pero si se quiere una recuperación rápida, la política social primordial se llama apoyo a las empresas», zanja.