Ahora, ¿cuál de ellos está peor?

Diego Izco
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Como si hubiesen asumido que no pueden pelear 'por arriba', Barça y Madrid compiten en despropósitos. El nivel de la competición es tan mediocre que un Atlético de 'aprobado justo' es el favorito por descarte

Ahora, ¿cuál de ellos está peor? - Foto: Enric Fontcuberta

Este Madrid no puede ganar nada. Este Barça, tampoco. Es posible que la primera de las dos frases tenga más aristas:hemos visto a los blancos levantar trofeos en circunstancias indescriptibles cuando no contaba en ningún pronóstico, pero en las circunstancias actuales, el equipo que pierde en Europa ante el Sheriff y en la Liga ante el Espanyol, no tocará metal. Lo mismo un Barcelona que apenas tira a puerta y que, como el Madrid, tiene una debilidad defensiva que asusta. En cierta forma, ambos gigantes, en esta especie de declive en que viven inmersos, recuerdan a esos niños que están permanentemente retándose sin importar si el desafío es objetivamente positivo (quién lanza algo más lejos, quién levanta más peso, etcétera) o dañino (quién se acerca más a un precipicio o quién pega el cabezazo más fuerte a una pared). Como quiera que ni merengues ni azulgranas están para grandes logros este curso, parecen haber empezado un duelo por lo segundo:quién está peor, quién puede caer más bajo o quién, al día siguiente, supera la ‘hazaña’ del otro. 

 

Sin esfuerzo

Sin tener todos los minutos del Atlético de Madrid en la cabeza (pero sí las sensaciones de los últimos dos o tres años), tal vez el partido del sábado fue uno de los más cómodos que ha vivido recientemente. Casi siempre se manifestó como un equipo torpe con balón, cuando tenía que llevar las riendas del choque, cuando le pagaban con su misma moneda:te doy la pelota, te espero y trato de correr a tu espalda. Incluso entregando el balón, el cuadro colchonero necesitaba máxima solidaridad y concentración defensiva para sostener el partido a cero, sobre el alambre. Pero el Barça apenas le exigió. Fue una victoria fraguada desde apenas un 29 por ciento de posesión, pero transmitiendo la sensación de que detrás de este número no había ni sufrimiento ni casi esfuerzo:apenas dos remates a portería visitantes y un duelo entre partisanos con el culo pelado y niños con buenas intenciones pero demasiada inexperiencia en estas citas. De repente, una versión mediana del ‘Atleti’ es favorita.