FlyBy prevé crecer en Villafría hasta rozar los 100 alumnos

H.J.
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La escuela de pilotos incorporará a Burgos cuatro avionetas nuevas y 15 estudiantes más, y garantiza su continuidad frente a las dificultades que está encontrando para seguir en León

Los aspirantes proceden de múltiples nacionalidades y suponen una inyección económica extra para la ciudad, pues pasan alrededor de 10 meses viviendo aquí. - Foto: Patricia

La escuela de pilotos FlyBy, que llegó a la capital burgalesa en noviembre en busca de una segunda base alternativa al aeropuerto de León para afrontar su crecimiento, sigue afrontando nuevos retos empresariales. De manera inminente iban a llegar cuatro nuevas aeronaves a la flota que ya está volando a diario en Villafría y este mes de marzo se incorporará una promoción de 15 alumnos, con lo que el volumen total de aspirantes rozará el centenar.
Así lo confirma el gerente de la compañía, Alejandro Álvarez, que frente a los problemas con los que se está topando su empresa en el aeródromo leonés de la Virgen del Camino asegura que están "encantados con Burgos, con la ciudad, con la atención del Ayuntamiento y la gente del aeropuerto y en ningún caso nos planteamos reducir o decrecer".

La previsión, por tanto, es que Villafría siga ganando operaciones, como ya lo ha hecho durante el último trimestre en el que la aportación de FlyBy ha permitido multiplicar su actividad y dar vida a la terminal de pasajeros. Durante demasiado tiempo, aparte del vuelo a Barcelona programado para los lunes, miércoles y viernes, el aeropuerto burgalés presentaba un aspecto desangelado pero ahora el trasiego de alumnos (en su inmensa mayoría varones y extranjeros procedentes de hasta 35 países) se nota de forma importante.

Su presencia se evidencia desde el propio párking, con más vehículos de lo que era habitual, y en el interior permite llenar dos aulas dispuestas para las clases teóricas. Las pistas, además, viven un casi constante trasiego de avionetas despegando y aterrizando, pilotadas por quienes se están preparando para gobernar aparatos de mucho mayor tamaño en las principales aerolíneas del mundo.

Repercusión económica. La firma de origen vasco se interesó en la primavera del año pasado por la instalación burgalesa y tras un tiempo de discretas negociaciones comenzó a operar aquí, donde sus estudiantes que ya pagan alrededor de 70.000 euros por todo el proceso de formación dejan además una siempre bienvenida repercusión económica puesto que viven  durante alrededor de 10 meses, alquilan pisos, compran y consumen en la ciudad. Junto a los alumnos, la empresa tiene alrededor de una veintena de trabajadores destinados en Burgos.