El miedo a las multas termina con el uso de inhibidores

F.L.D.
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En los dos últimos años la Guardia Civil solo puso cuatro sanciones, que son de 6.000 euros, cuando hace un lustro superaban la decena

Solo están permitidos los avisadores que vienen de serie en los navegadores de algunos coches. - Foto: Alberto Rodrigo

Aquellos conductores a los que les gusta ir ligeritos saben perfectamente dónde se ubican los radares, principalmente los fijos. Incluso conocen los lugares en los que los agentes de la Guardia Civil suelen colocar el dispositivo móvil y están pendientes para aminorar la marcha y evitar la multa. Otros, sin embargo, optan por el camino del medio. Colocan detectores, incluso inhibidores, de cinemómetros en sus vehículos para no tener que preocuparse si pisan en exceso el acelerador. Su instalación conlleva una multa de 6.000 euros y la pérdida de seis puntos del carné. Este castigo es, consideran en Tráfico, uno de los motivos por los que los conductores ya no tientan tanto a la suerte. Las sanciones cayeron en los dos últimos años a niveles testimoniales. 

El número de dispositivos detectados por los efectivos de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil no habían parado de crecer a lo largo del último lustro, según los datos facilitados por la Jefatura Provincial. En 2018 se alcanzó el máximo con 12 actas de denuncia levantadas. Un año después, cayeron drásticamente y solo se contabilizaron dos, las mismas que el pasado ejercicio. En lo que llevamos de 2021, aún no se ha producido ninguna infracción. 

Parece evidente, y así lo hace constar el jefe provincial de Tráfico, Raúl Galán, que el miedo a las multas es la explicación más lógica a este repentino descenso de los dos últimos años, pero cree que no es la única. «Creo que la colocación de estos apartos también responde a una moda. En su día la gente los compró porque salieron al mercado, pero cuando se informó de que eran ilegales dejaron de verse tanto. No obstante, se han incrementado los controles», advierte. 

Galán matiza que hay tres tipos de dispositivos y la multa por la utilización de cada uno cambia. Por un lado están los avisadores, que son completamente legales y que vienen de serie en los navegadores de algunos vehículos. El sistema simplemente recoge la información facilitada por la DGT. En segundo lugar están los detectores, que revelan la presencia de cinemómetros y que no están permitidos. Utilizarlos supone 200 euros de multa y la pérdida de tres puntos del carné. Por último están los mencionados inhibidores, que desactivan los dispositivos de la Guardia Civil. A los talleres que los colocan les pueden caer sanciones de hasta 30.000 euros. 

Tráfico, recuerda el jefe provincial, modifcará el reglamento en relación a estos dos últimos modelos. Por un lado, reconoce, «es difícil de detectar los inibidores y hasta ahora tenías que probar que el sistema está activo». Con la nueva norma, añade, «simplemente la instalación es sancionable». Con respecto a los detectores, se van a incrementar las sanciones. Ya no serán 200 euros, sino 500, la multa por colocarlos. 

Al margen de estos artilugios, en los últimos tiempos han surgido grupos de redes sociales y aplicaciones que avisan de controles y radares, algo que tampoco está muy bien visto en la DGT.