El UBU Colina Clinic cayó frente al Ordizia por 44-7 y la sensación de que hay mucho trabajo por hacer. Con el recién aterrizado Ikufusi Matamu en el quince inicial y con una múltiple lista de ausencias entre lesiones y problemas con los transfers, todo se le torció a la escuadra burgalesa desde el primer compás. Un error en una touche a los dos minutos le daba el oval a Ordizia, veloz progresión guipuzcoana y feo placaje con puntapié de castigo que Cruz no desaprovechaba para abrir el marcador. Los guipuzcoanos recuperaban continuamente el oval y mandaban a su antojo, con un juego a la mano rapidísimo para desarbolar a una defensa castellana muy frágil por el centro. Con un doloroso 4-0 en el marcador, los vascos levantaron el pie del acelerador. Un robo de Snyman permitía a UBU construir un buen ataque, con sendos pases para burlar a la zaga vasca dejando a Masuyama en línea de marca para maquillar el resultado.