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El de Castañares era el último de los peajes de la autopista AP-1 en territorio burgalés que se mantenía en pie, después de que el 1 de diciembre se levantasen las barreras. A día de hoy, con su demolición y la del instalado en Rubena, ya no queda ninguna estructura que recuerde que el trayecto entre Burgos y Armiñón era de pago, según informa la Subdelegación del Gobierno, salvo esta última.