199 funciones después, que alcanzarán las 240 cuando pase la décima edición del 3 al 7 de agosto, el Festival de Títeres de Las Merindades ha logrado su primer reconocimiento, un empujón de prestigio al trabajo que de forma desinteresada realizan desde 2012 Isabel Sobrino y Rafael Benito, el tándem que forma Alauda Teatro. La Feria de Teatro de Castilla y León, que se celebrará en agosto en Ciudad Rodrigo, ha reconocido su esfuerzo y les acaba de otorgar el Premio Rosa María García Cano al mejor programa de artes escénicas ligado al mundo rural. Yes que si algo ha diferenciado siempre al festival comarcal ha sido que ha contado con figuras reconocidas a nivel nacional e internacional, grandes de los títeres, que apostaban por un pequeño festival en un rincón del mundo, Las Merindades.
Cuando dio sus primeros pasos prácticamente nadie se atrevía a sacar este tipo de eventos de las ciudades. Pero en estos años, organizadores de festivales de Alicante, Ibiza o Cuenca han venido a Merindades a aprender de esta propuesta y en algunos lugares de Cataluña o Castellón han copiado el modelo de llevar los títeres a muchas poblaciones diferentes en el medio rural en un corto espacio de tiempo. Este año, serán siete las compañías que actuarán por 13 localidades de la comarca.
Cada año, Isabel Sobrino se encarga de recorrer diferentes ferias y festivales de teatro, donde las compañías presentan sus nuevos espectáculos, para ir conformando el programa de la siguiente edición. Busca propuestas que se puedan desarrollar en la calle, para todos los públicos y que se monten y desmonten con facilidad para ir de pueblo en pueblo sin problemas. La Feria de Castilla y León en Ciudad Rodrigo, Fetén en Gijón o la de Mallorca son algunas de sus paradas habituales y en ocasiones también ha presentado el propio Festival de Las Merindades, poniendo siempre por delante la belleza, los grandes espacios y la tranquilidad que disfrutan quienes apuestan por la comarca.
por la mitad de dinero. Entre las compañías también «está reconocido el festival», aseguran sus organizadores, quienes no dudan en llamar a artistas internacionales, si saben que van a girar por España. Así lo hicieron con el macedonio Alex Barti, habitual de grandes citas, como Titirimundi (Segovia). Le llamaron una mañana, el caché no le parecía interesante, pero esa misma tarde les devolvió la llamada para sumarse al programa de 2017. El festival paga a las compañías la mitad o menos de la mitad de su caché habitual, pero les ofrece a cambio una semana intensiva de trabajo con varias funciones y el alojamiento y la manutención aparte, que se sufraga con subvenciones, como la que este año otorga la Diputación. Mientras, los ayuntamientos, juntas vecinales o asociaciones pagan los caches.
A la comarca han arribado profesionales de Francia, Argentina, Uruguay, Bulgaria, República Checa y Portugal, así como los más prestigiosos grupos del país, entre los que destacan dos premios nacionales de teatro, Los titiriteros de Binefar (Huesca) y María Parrato (Segovia). Les gustaría venir a otros de la India, Rusia, Finlandia o países de Sudamérica, pero el festival no les puede costear su viaje o el alojamiento para el grupo, si es muy numeroso.
Isabel Sobrino y Rafael Benito están convencidos de que «ver tantas compañías profesionales juntas es un lujo», pero lamentan que aún no han convencido a los ayuntamientos para crear una atmósfera que anuncie el festival en calles o escaparates de negocios o mediante pasacalles, talleres y otras propuestas más allá de las funciones.
Del 3 al 7 de agosto. Siete compañías actuarán. Son Teatro Pavel Smid, llegado de la República Checa; El Ball de Sant Vito, de Valencia; Rui Sousa, de Portugal; Mircromina, de Lugo; Teatro de las Maravillas, de Sevilla; Arawake Teatro, de Burgos; y Alauda Teatro, de Salazar.
16 funciones realizarán en 13 localidades, además de otros 15 pases de microteatro dentro de una reproducción del Teatro Principal de Burgos, que ofrecerá Arawake en Medina.