Hace doscientos años, en 1812, los franceses destruyeron la iglesia de San Román en la que se habían cobijado los aliados durante el asedio al Castillo. Pero las tropas de Napoleón no pudieron derribar todos sus muros y dos siglos más tarde continúan esperando a ser desenterrados. Algunos ya han aparecido, como claves de bóveda, pilastras, pavimentos, detalles arquitectónicos, cerámica y ciertos muros. También se han encontrado restos de artillería de la Guerra de la Independencia, fósiles humanos, un enterramiento medieval y un terraplén que sirvió de trinchera.
Sin embargo el tiempo volvió a detenerse en 2017, cuando las campañas de excavación promovidas por el Instituto Municipal de Cultura y Turismo se centraron en el Solar del Cid. Ahora que el trabajo junto al arco de San Martín ha finalizado, el equipo que el Ayuntamiento ha previsto contratar a través del Plan de Empleo retomará la actividad en la ladera del Castillo. Según apunta el concejal Leví Moreno, la tramitación estará concluida a finales de agosto y las tareas arqueológicas comenzarán en septiembre lideradas por Fabiola Monzón.
Cuando todo esté en regla (ya están pedidos uniformes y caseta), los trabajos continuarán donde se dejaron. Por ejemplo, en 2017 se eliminó un buen porcentaje de sedimentos que colmataban los niveles de la iglesia y «ahora seguiremos hasta llegar al terraplén utilizado como trinchera en la Guerra de la Independencia del que se destapó una parte en anteriores campañas», señala la arqueóloga Fabiola Monzón. Lo que los franceses hicieron fue utilizar los escombros de la iglesia bombardeada como plataforma y construcción terrera. La parte que ya apareció se ha documentado, pero falta continuar con el resto para después eliminarla y llegar al suelo de la iglesia.
En 2017 aparecieron también dos metros de un muro que apuntaba mayores dimensiones y que faltaba por saber si correspondía a una torre. «Trataremos de averiguar a qué pertenece, si es un elemento de la propia pared o una torre de la cabecera. Nuestra idea es continuar por aquí para localizar el final del muro norte de la iglesia; si llegamos al límite, es probable que estemos en la cabecera» y de esta manera estarían más cerca de delimitar el perímetro del templo de una forma precisa.
Visitas guiadas. De todas formas, antes de meterse de lleno con San Román dedicarán los primeros días de campaña a limpiar el Solar del Cid, cubierto de vegetación por las lluvias de este invierno.
Cuando ya estén en plena faena en la ladera del Castillo, en el enclave que forma parte de la Ruta del Asedio, Monzón tiene pensado organizar visitas guiadas ante los buenos resultados que han tenido en otras zonas excavadas.