En el año 2006 murieron en las carreteras burgalesas 68 personas. Ni la Subdelegación delGobierno, ni la Jefatura Provincial de Tráfico daban por terribles unos datos que ahora mismo serían alarmantes. Básicamente porque se había logrado bajar de los 100 fallecimientos anuales y la curva iba en progresivo descenso. El Gobierno implantó entonces el modelo de carné por puntos, una estrategia encaminada a seguir salvando vidas y a reducir las infracciones. El primero de los objetivos parece cumplido, pero aún sigue habiendo conductas reprochables al volante. Sin ir más lejos, 3.300 personas perdieron en la provincia de Burgos el permiso de circulación en el último lustro, la gran mayoría tras quedarse sin saldo.

Si uno se atiene a las cifras facilitadas por Tráfico, no es que los conductores hayan perdido el miedo a la pérdida de puntos. Básicamente porque cada año se pierden más de 40.000. Incluso en un ejercicio tan extraño como el pasado se alcanzaron esas cifras. En lo que vamos de 2021, ya se han detraído 20.529, lo que hace intuir que en diciembre se llegará de nuevo a la media que se viene registrando anualmente.

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