La FP pierde 400 alumnos y vuelve a cifras de matriculación de 2012

B.G.R. / Burgos
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Baja de los 6.000 estudiantes de los dos cursos anteriores, igualándose al Bachillerato. La Dirección Provincial de Educación justifica el descenso en la recuperación del empleo, que merma la cantidad de interesados de más edad

La tendencia que se notó tímidamente a comienzos del curso pasado se confirma durante el actual. La Formación Profesional pierde alumnos y si hace un año el descenso era tan solo de un 1%, este se eleva ahora hasta un 6,7%. Los ciclos de grado medio y superior cuentan este año en sus aulas con 5.714 alumnos, frente a los 6.125 de hace un año, según los datos facilitados por la Dirección Provincial de Educación, que enmarca este descenso en un «proceso de normalización» de la cifra de matriculaciones después de que ésta se disparara durante los ejercicios más duros de la crisis.

Con las cifras actuales, la demanda de estos estudios retrocede a niveles de los cursos 2011-2012, cuando el número de estudiantes era de 5.533, y a 2012-2013, con 5.830. La bajada no preocupa al departamento provincial, cuyo responsable, Juan Carlos Rodríguez Santillana, atribuye esta situación a dos circunstancias. Por un lado, al incremento de las ofertas de trabajo, lo que se nota en un mayor descenso de la demanda de los ciclos de grado medio, que suponen más de la mitad del alumnado de estas enseñanzas. Y por otro y el «más significativo», a que estas se vieron «infladas» por la situación económica, que hizo que muchas personas de mayor edad se decantaran por esos estudios al encontrarse en situación de desempleo o bien obtener un nuevo título para mantener el que tenían.

El problema radicaría, según el director provincial, en que bajara el flujo de estudiantes que pasan de la ESO y Bachillerato a FP, algo que no se ha producido y se mantiene dentro de la «normalidad» y es el mismo que el de «hace seis o siete años». Lo que sí que se nota este curso es un mayor equilibrio entre el número de alumnos de Formación Profesional y de Bachillerato, que -según explica- tenderá a recuperar la proporción del 40-60% que había hace años. De hecho, el curso pasado los  estudios más prácticos superaban en 1.000 alumnos a los postobligatorios, habiéndose reducido a la mitad durante el presente.

Lo que parece no haber variado en exceso son las preferencias de quienes optan por estas enseñanzas. Las ramas vinculadas a la sanidad siguen siendo las de mayor demanda, al igual que las de las familias relacionadas con la automoción. En estos casos, un total 117 estudiantes se han quedado, finalmente, fuera de estos estudios, de los 360 que en junio no pudieron acceder a los estudios elegidos como primera opción.

En este punto, Santillana precisa que buena parte de estos alumnos han sido reubicados en otros ciclos profesionales, mientras que otro centenar, que rechazó las segundas o terceras opciones incluidas en la solicitud de matrícula, ha optado por acceder a la Universidad después de superar la prueba de Selectividad de septiembre.

La cocina se frena

Lo que parece haberse frenado (ya se notó el año pasado) es el interés de las enseñanzas de cocina, después de que, por ejemplo, en 2013 más de 100 personas se quedaran en lista de espera, frente a las 14 que no han entrado este curso. No obstante, sus ciclos siguen estando llenos, aunque la demanda haya disminuido tras el boom culinaro de la Capital de la Gastronomía y la proliferación de programas emitidos por televisión dedicados a este mundo.

En el caso contrario, en el de los estudios más afectados por el descenso de estudiantes, destaca los relacionados con informática debido, según la Dirección Provincial de Educación, a que el mercado laboral está «muy copado» de profesionales en un marco de competencia en el que también se encuentran los titulados universitarios.

De igual forma, hay ciclos que peligran por cuanto el número de alumnos de primer curso no llega a la decena, lo que no significa su supresión, ya que la demanda de unas enseñanzas u otras fluctúa con los años. En esta situación se encuentra, por ejemplo, el de Obras de Interior, Decoración y Rehabilitación (antiguo Acabados de Construcción) del Enrique Flórez, si bien sus seis nuevos alumnos representan un número «suficiente» para mantenerlo porque solo se imparte en Burgos y Ávila. El que no se impartirá, a la vista de que solo hay un matriculado, es el primer curso de Mantenimiento Electrónico de Jesuitas.