La pandemia ha multiplicado el trabajo de las fuerzas de seguridad en el control del cumplimiento de las medidas de protección pero, al mismo tiempo, ha contribuido a reducir su tarea en el ámbito de la persecución de delitos comunes. Los tres meses de estado de alarma en los que estuvo sumido el país -y también la provincia- ha provocado una caída sobresaliente de la criminalidad, pues las infracciones penales han disminuido en el primer semestre del año un 23%, según las cifras del último informe del Ministerio del Interior.

Los datos de 2019 -con un incremento de las denuncias de más de un 7%- no vaticinaban un retroceso de la delincuencia. Al contrario, el buen momento económico hacía presagiar que 2020 presentaría también una estadística desfavorable. Sin embargo, la crisis del coronavirus y la activación del estado de alarma durante tres meses han propiciado que la criminalidad caiga con fuerza. Así, delitos que preocupaban -y preocupan- a la Policía Nacional y a la Guardia Civil, como los asaltos a domicilios, han disminuido en la provincia un 28%, al pasar de 303 entre enero y junio de 2019 a 217 en el mismo periodo del presente año.

Se han reducido notablemente también los robos con violencia e intimidación, en concreto un 22%, y también las sustracciones de vehículos, con un 48% de bajada, según la misma estadística.

Los delitos contra la libertad e indemnidad sexual también han caído, pero en menos proporción, un 12%, de 33 a 29. Es más, las violaciones consumadas han subido, de dos a tres.

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