Medio siglo de rugby

ÁLVAR ORTEGA
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Aparejadores cumple 50 años desde su creación y encara la temporada más atípica que se recuerda

El Aparejadores afronta su tercera campaña en División de Honor. - Foto: Valdivielso

Hace tres veranos, el UBU Colina Clinic celebraba el ascenso a la máxima categoría del rugby nacional, la División de Honor. Tres años después, la situación es muy diferente, y no por consecuencias generadas de ganar o perder, sino por causas ajenas a la disputa del oval dentro del terreno de juego, como ha sido la pandemia del coronavirus.

Esta obligó a dar por concluida la temporada 2019/20, en la que el equipo burgalés se situaba octavo con 35 puntos en 22 fechas disputadas. La conclusión obligó a reescribir un plan que todos los años se traza con la intención de reforzar el equipo en el periodo estival, pero esta vez con complicaciones añadidas.

Los obstáculos planteados a partir de entonces han sido muchos, sin embargo, desde las oficinas del club se ha trabajado de manera ardua para que, en el 50º aniversario, se disponga de una plantilla que pueda afianzar las bases de un proyecto ilusionante.

Mantener el bloque de jugadores que el año anterior se forjaron un nombre en la entidad ha sido, desde el principio, una de las metas capitales. Y, efectivamente, tras meses de trabajo, casi una quincena de jugadores han extendido su vinculación con el club, aunque muchos otros no hayan podido alcanzar un acuerdo por la diferencia de posturas entre ambas partes respecto al tema económico.  Las principales marchas han sido las de Ikapote Tukai, Tomás Carrió, Jerry Surumi, Jorge Fuente, José Escuti, Diogo Hasse, Sergio Molinero, Nico Bianco, Gavin van der Berg y Pedro González.

Estos huecos han sido cubiertos por reemplazos de calidad, como los argentinos Diego Zabalegui, Fede Castiglioni, Leandro Wozniak y Juan Ignacio Albareda. Este último vuelve a San Amaro tras un fugaz paso por el equipo el año pasado. También se han incorporado Augusto Sarmiento, el tercera línea Rubén Sanz y Steve Barnes, otro jugador que debutó como cidiano y que vuelve con la intención de asentarse en una profunda plantilla formada por una cifra cercana a la treintena de fichas.

Pese a que el armazón del equipo está ya modelado, el presidente, Iñaki Sicilia, no descarta «fichajes que nos puedan aportar un plus». «Hasta diciembre podemos seguir haciéndolo, y no damos por cerrada la plantilla todavía», añade.

Por otro lado, Juan González será el encargado de asumir la faceta deportiva y técnica tras la marcha de David Martín. José García va a ser el encargado de compartir con él esta labor, y parece de sobra preparado. «Va a tener un impacto en el club impresionante. Nos va a aportar un salto de calidad en todos los niveles», dice Juan González sobre su nuevo compañero. 

Por delante, una temporada atípica que parece que tendrá su comienzo en octubre. Como objetivo esencial, asentar  en la máxima categoría del país un proyecto que está dejando, a base de esfuerzo, en desuso la etiqueta de minoritario.