Con el Euríbor, el índice en el que se encuentran referenciadas la mayoría de hipotecas, marcando mínimos históricos desde hace meses, sumado a la previsión de muchos economistas y del propio Banco Central Europeo de que esta situación de números rojos se prolongue durante el presente 2020, muchos burgaleses se están acercando a las oficinas de las entidades bancarias con las que suscribieron sus préstamos para adquirir una vivienda y tratar de mejorar las condiciones actuales. El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó ayer los datos sobre hipotecas correspondientes a noviembre de 2019, de los que se desprende que en la provincia ha crecido por primera vez desde hacía un lustro el número de cambios registrales, pasando de los 549 que se efectuaron en 2018 a los 555 a 30 de noviembre. De esta forma, a falta de los datos de los últimos 31 días del pasado ejercicio, el número ya se ha superado.
Por tipos, las novaciones son el procedimiento más demandado; nueve de cada diez burgaleses (501) que han acudido a un banco para renegociar su hipoteca han optado por este procedimiento, donde todo queda en la misma entidad y se permite la ampliación del capital, mientras que 54 han apostado por cambiar el préstamo a otra, lo que se conoce como subrogación. Dentro de esta, 15 solicitudes han sido al deudor y 39 al acreedor.
Pero, ¿a qué se debe este cambio de tendencia? El responsable de productos y financiación de particulares de Ibercaja, Lorenzo Cano, explica que la Ley Hipotecaria de marzo de 2019 facilita el cambio de tipo variable a fijo, lo que asegura unas condiciones de pago estables hasta el vencimiento del préstamo, y dados los tipos de interés tan bajos, las entidades financieras están ofertando tipos fijos muy atractivos. De esta forma, muchos burgaleses prefieren comprometer una estabilidad antes que ‘jugársela’ y terminar pagando mes a mes una cuota mucho mayor. «Puede que ahora paguen más, pero se aseguran que será siempre lo mismo aunque el Euríbor se dispare de nuevo», apunta Cano.
Otra posible explicación puede venir de que, siguiendo las directrices de la citada Ley, todos los costes notariales y registrales de los cambios deben ser atendidos por los bancos, lo que puede ahorrar a los burgaleses en el caso de una novación hasta 400 euros. «Pueden oponerse (los bancos), pero entonces el cliente puede rastrear el mercado, acudir a otra entidad y solicitar las condiciones que desea, por lo que el anterior o accede o se queda sin hipoteca», afirma el responsable de productos y financiación de particulares de Ibercaja.
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