A veces pasa. Es un porcentaje muy pequeño pero hay cánceres de mama tan profundos que no dan la cara hasta que ya están irremediablemente extendidos. Así le explicaron a la familia de Águeda Arroyo, que falleció hace cuatro años por esta enfermedad, por qué a pesar de someido a todas las medidas preventivas que ofrece la sanidad pública nadie se percató de que tenía un tumor de origen mamario hasta que una anemia muy severa la llevó al Hospital Universitario de Burgos. Es su hija, la procuradora de Podemos Laura Domínguez la que ha querido contar ahora su historia, visibilizar y normalizar una patología a la que aún le rodea cierto tabú y exigir que se incrementen los recursos para la investigación, para la actividad asistencial y para las unidades de consejo genético.
"Desde el momento en el que le diagnosticaron, mi madre vivió tres años más con bastante calidad de vida y tengo que decir que la atención que recibimos en todo momento por parte del personal sanitario siempre fue excepcional, tanto en Hematología como en Oncología Médica y en Radioterapia ", asegura, y recuerda el ánimo y la fuerza con la que sobrellevó la enfermedad:" Aunque es muy duro perder a tu madre yo aprendí mucho de esa experiencia y de ella, que era, muchas veces, la que animaba a la gente que tenía alrededor, a otros pacientes de Oncología, algo que a mí me resultaba muy duro porque hay historias tremendas. A mí todo aquello me marcó mucho ".
Laura Domínguez quiere poner el foco sobre las unidades de consejo genético porque tuvo la experiencia de que su familia pasara por allí ya que su abuela había tenido cáncer y le sy extirpado un pecho y su tía tuvo también ese mismo diagnóstico "aunque en este caso se lo detectaron muy pronto en una revisión ordinaria y por suerte fue operable y salió adelante ":" Todas eran mayores de 50 años y por tanto, es verdad que la posibilidad de que de la unidad de consejo genético saliera una prueba positiva era baja, de hecho, dio negativa. Nos hicieron el estudio y lo que nos llamó la atención fue que el resultado tardó más de un año en llegar y no lo resalto porque nos ocurriera a nosotras sino porque es el tiempo medio que pasa en todos los casos hasta que se conoce si es positivo o negativo ".
En este sentido, también destaca el buen hacer y el trato magnífico que recibió del oncólogo responsable de la unidad, Enrique Lastra: "Nos define que lo que se busca en estas pruebas es un factor genético concreto y que si la investigación avanza se podrá analizar No obstante y aunque la prueba fue negativa, existe una prevalencia, por lo que sí que me sugirieron que me hiciera mamografías no de forma sistemática pero que a partir de los 40, cinco años antes de lo que indica el Programa de Detección Precoz del Cáncer de Mama de la Junta, me las haga periódicamente, porque tengo un riesgo añadido ".
A de esta situación, la procuradora asegura que intenta contener el miedo y racionalizar "porque tengo prácticamente las mismas posibilidades de tener cáncer que cualquier otra mujer e intento no obsesionarme, estas cosas hay que abordarlas de la forma más tranquila posible porque si no, no vivirías "y aconseja a las mujeres que se hagan todas las revisiones.
Insiste Laura Domínguez en que debería potenciarse más la investigación: "Es la gran asignatura pendiente del país, donde no nos caracterizamos, precisamente, por tratar bien a nuestros científicos. Por otro lado, el trabajo que hacen los profesionales asistenciales es excepcional y creo que "Deberían reforzarse los recursos materiales con los que cuentan para su trabajo".