La decisión del Ayuntamiento de Burgos de prohibir el tránsito de vehículos en nueve calles de la ciudad dio lugar a algunas situaciones de descontento, como ocurrió en la calle Miranda. A pesar de que la gente, en general, se mostraba conforme y valoraba positivamente la iniciativa de dar prioridad a los peatones, el problema llegó cuando se impidió el paso al parking del Mercado Sur a los clientes que acudían hasta allí a realizar sus compras.
Desde las 9 horas hasta pasadas las 11 la clientela que acudía a hacer su compra semanal se vio obligada a buscar sitio en otra zona. Yolanda Ortega, de Casquería José Tajadura, reconoce que la gente estaba «muy cabreada; vienen a hacer la compra semanal, pero como han cortado las calles se han tenido que ir a aparcar lejos», manifiesta. Además reconoce que fueron muchas las personas que decidieron marcharse, y quienes iban no tenían más remedio que llevarse en las manos las bolsas que podían coger.
En la misma postura se encuentra Javier Tajadura, que reconoce que a su puesto se acercaron muchos consumidores quejándose porque no podían hacer la compra tan grande como deseaban puesto que tenían que llevarla hasta donde habían localizalizado aparcamiento. Y es que tal y como desarrollan, son los sábados cuando más gente acude.
Únicamente estaba permitido el paso a los taxis, autobuses, transportes de mercancías, entradas a garajes...y por ello en un primer momento no se permitió pasar a los conductores de vehículos que deseaban acceder al parking. Sin embargo, desde el Ayuntamiento pronto se dio la orden a la policía, tras recibir las quejas de los tenderos, para que se permitiese el acceso al aparcamiento a aquellas personas que acudían hasta el recinto.
Como reconoce Ortega, ya lo están pasando suficientemente mal por la situación en la que han quedado con la crisis sanitaria, y cree que así «al final se irán todos al supermercado y el pequeño comercio tendremos que cerrar».