Esperanza, alegría y satisfacción fueron las palabras más repetidas ayer por los hosteleros después de conocer la confirmación por parte del Consejo de Gobierno de la Junta de que Burgos, y el resto de la Comunidad, rebaja del nivel 2 al 1 su nivel de alerta desde hoy. Un cambio que representa el «paso definitivo» del sector para poder trabajar «con cierta normalidad y empezar a ver viabilidad a sus negocios». Y es que, el consumo en barra o de pie se permite después de ocho meses, el máximo de personas por mesa es de 25, se amplía el aforo al 75% y los horarios de cierre vuelven a los que figuran en las licencias de cada establecimiento.

 Esta última medida ha causado incluso cierta «sorpresa» entre los empresarios, tal y como reconoce el presidente de la Federación de Hostelería, Fernando de la Varga, al asegurar que ha ido más allá de lo que la patronal solicitó el pasado lunes al presidente regional, Alfonso Fernández Mañueco, cuando le propusieron que la hora límite fueran las cuatro de la mañana para el ocio nocturno. «En este sentido, hay que agradecérselo a la Administración autonómica porque no solo ha tenido en cuenta nuestra petición sino que la ha ampliado», subrayó, en referencia a la necesidad que el colectivo puso encima de la mesa de «diferenciar» el ocio nocturno del resto de los locales.

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