Siendo uno de los sectores más castigados por la crisis sanitaria, para la hostelería este año tenía más sentido que nunca celebrar el Día Mundial de la Tapa, una ocasión perfecta para reivindicar el valor de uno de los aspectos más característicos de la sociedad española y estimular la vuelta al público a los locales de una forma segura. La cita es iniciativa que se lleva celebrando a nivel nacional desde hace 9 años de la mano de Saborea España y a la que se han apuntado Federación Provincial de Hostelería de Burgos, la Asociación de Hosteleros de Miranda de Ebro y la Asociación de Hosteleros de Aranda de Duero y La Ribera.
Aunque las restricciones por la COVID-19 amenazaban con frustrar el acontecimiento, este fin de semana se celebrará uno de los primeros eventos gastronómicos de Castilla y León tras el confinamiento, bajo las más estrictas medidas de seguridad. En los establecimientos que se han adherido a estas jornadas gastronómicas -16 en Burgos, 8 en Aranda de Duero y 20 en Miranda de Ebro- se podrá degustar una tapa o un pincho junto con un vino a un precio cerrado de 3 euros. Y a diferencia de otras ediciones, la temática del aperitivo será libre, ya que en esta ocasión el objetivo es recuperar la confianza del consumidor.

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