El año vuelve a venir adelantado. La floración de los más de 50.000 cerezos del Valle de las Caderechas está prevista que estalle durante las dos primeras semanas de abril, «sobre el 10», declara Juan José Gandía, presidente de la Asociación de Productores y Comerciantes. Las suaves temperaturas registradas en febrero y las de las últimas semanas han favorecido a que el inicio de uno de los espectáculos naturales más conocidos de la provincia se adelante más de dos semanas.

En principio, la cosecha viene buena, pero una helada fuerte -típica de la época del año- pondría de nuevo en riesgo la producción de la cereza y también la de otras frutas como la manzana o la pera. Cuanto más frío se registra, mayor porcentaje de flores congeladas, lo que significa que la recolección puede verse muy perjudicada.

En 2019 las fuertes bajadas de temperatura se llevaron por delante el 60% de las cerezas en las zonas altas del valle y el 80% en las bajas. Esto supuso que la contratación de personal para la recogida se vio mermado en un 90%, pasando de asalariar cerca de 100 personas en las temporadas buenas a unas 10. Desde la asociación aproximan la cifra de recolección del fruto en torno a los 70.000-80.000 kilos, teniendo en cuenta que ha habido temporadas que se han superado los 200.000.

«Los árboles se han movido como consecuencia del calor que ha hecho -tan poco habitual- en la época del año en la que nos encontramos», afirma Gandía. A pesar de que el tiempo resulta imprevisible, en los próximos días se prevé que las temperaturas superen los 20 grados. «El problema no es que haga un tiempo cálido sino que caiga una buena helada una vez que salga la flor», añade.

Las estaciones de aviso del Valle de Caderechas registraron en abril y mayo del año pasado tres noches muy frías, dos de ellas de cinco grados bajo cero y la tercera de menos dos grados.