Un burgalés para coordinar el acuerdo de pesca Marruecos-UE

ALEJANDRA G. FEIJÓO
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José Manuel Jaquotot, actual miembro del Ministerio para la Transición Ecológica, ha sido nombrado consejero de la Agricultura y la Pesca en la Embajada española en Marruecos

José Manuel Jaquotot, en su actual despacho, que abandonará en el mes de septiembre para volar a Rabat. - Foto: Juan Lázaro

Ingeniero de Montes burgalés, con orígenes marroquíes y una vida dedicada al sector primario desde distintas ciudades españolas, José Manuel Jaquotot emprenderá recién entrado septiembre un viaje a Rabat, capital de Marruecos, para el que será su último trabajo. Antes de conocer que ha sido seleccionado como consejero de la Agricultura y la Pesca en la Embajada de España en Marruecos, llevaba seis años ocupando en Madrid el puesto de subdirector general de Política Forestal y Lucha contra la Desertificación, en el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

Además de entregarse a la administración, su inquietud le ha llevado a dedicarse a varios ámbitos, incluidos la defensa, la publicidad o la electrónica desde la empresa privada. De una manera u otra, lo que siempre ha estado presente en su día a día es el interés por el medio ambiente y su afán por proteger las actividades productivas de la extracción y obtención de materias primas. "La agricultura y la pesca no están bien valoradas, pero realmente es de lo que comemos. El confinamiento, por ejemplo, ha demostrado su importancia. Todo el mundo se acordaba del gremio, de los supermercados y de la alimentación", defiende Jaquotot.

En pleno confinamiento se publicaron las vacantes para aspirar a consejeros de las diferentes embajadas de España en Bruselas, Mauritania, Ginebra y Marruecos, como sucede de forma periódica cada cinco años. A través de un concurso público y de libre designación, los participantes pasan por un proceso de selección riguroso y diplomático en el que finalmente el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas Puchades, toma la decisión final.

De esta manera, Jaquotot, a sus 65 años de edad, ha logrado despedirse del mundo laboral desde la cumbre, ya que asegura que una vez vuelva a España comenzará su jubilación. "Estoy muy ilusionado, es un cargo muy atractivo. A pesar de la edad adulta que tengo me siento un chaval, me han dado años de vida. Un cambio radical que acojo voluntariamente y con muchas ganas, ya que podría haber seguido con mi trabajo actual, que ha sido el más bonito que he tenido y que tendré", resalta.

Se está formando ya para volar a Rabat lo más preparado posible, ya que queda poco menos de un mes para su incorporación. La pandemia provocada por la COVID-19 le preocupó en su día por la incertidumbre que esta provoca, pero desde Marruecos han estudiado todas las provisiones haciéndole llegar una nota verbal que autoriza a las personas diplomáticas a entrar en el país, aunque se dé el caso de que estén las fronteras cerradas.

El mayor reto. Una vez empiece su nueva aventura en el país árabe-bereber, su rutina girará en torno a la comunicación basada en contactos del ámbito del que se va a ocupar. El objetivo de un consejero de esta índole es ser un facilitador, conseguir que las relaciones de la actividad agraria y pesquera entre España y Marruecos sean lo más fluidas y buenas posibles. No va a entrar en el terreno de las negociaciones porque que se realizan a niveles superiores, pero sí que influirá en que las personas que van a pactar lo hagan de una manera más abierta y fácil.

Principalmente José Manuel Jaquotot se va a dedicar al sector pesquero -además de a la exportación de productos agrícolas- ya que es la actividad que en mayor medida une a los dos países. Dentro de este gremio, su meta estará en lidiar con el nuevo Acuerdo de Pesca Sostenible entre la Unión Europea y Marruecos, así como preparar el camino para que cuando vayan las autoridades de dicho ministerio a Rabat esté todo preparado.

Esta alianza establece los principios generales de pesca, tales como la duración de la explotación, la transparencia de las actividades, la no discriminación entre flotas, el respeto a los derechos humanos y los valores democráticos y la delimitación de la zona de pesca.

"Es el mayor reto al que me enfrento. Al final son los que han puesto su confianza en mí y deseo que en su avión de regreso se vayan con la tranquilidad de que han dejado el recado en buenas manos. También por una cuestión personal, a medida que vas creciendo te das cuenta de que la propia satisfacción que te producen a ti mismo los logros es lo más importante, por encima de lo que tengas que demostrar a los demás", señala el subdirector general de Política Forestal y Lucha contra la Desertificación.

Asimismo, su trabajo en Marruecos va a tener unas particularidades que vienen dadas por la esencialidad del propio país, tanto a nivel individual como por sus relaciones con España por proximidad, ubicación geográfica, relaciones políticas, comerciales e incluso humanas en materia de inmigración. El futuro consejero incide también en que hay que tener especial cuidado con las cosas que se hacen allí, ya que todo puede tener una consecuencia política. "Ese tipo de gestiones son más delicadas que en cualquier país europeo. La sensibilidad en Marruecos está a flor de piel. Pero para quien va en las condiciones que voy yo, la vida allí es estupenda, es un país que conozco y que quiero descubrir más en profundidad", subraya.

Vuelta a los orígenes. Jaquotot es burgalés "de cuna y de corazón". Hace cuarenta años que dejó la ciudad, pero asegura seguir emocionándose cada vez que escucha el himno. Por ello, una vez vuelva a España dentro de cinco años y con la mochila cargada de experiencias, su intención es vivir su jubilación en un pueblo de la provincia o cercano a ella. "Adoro y admiro el mundo rural. Libros, buena conexión a internet y desconexión con el medio ambiente es lo único que pido a mi vuelta. Allí es todo infinitamente más gratificante, tanto la gente como el entorno" concluye.