Los controles policiales destinados a evitar desplazamientos injustificados durante el estado de alarma también sirvieron para detectar cargamentos de droga que se transportaban entre provincias. En uno de esos dispositivos, una patrulla de la Nacional detectó a un vehículo cuyo conductor no pudo motivar su viaje. Tras registrar en el interior del habitáculo, encontraron cerca de 2 kilos de sustancias. Ahora se enfrenta a siete años de cárcel que le pide el Ministerio Fiscal.
Los hechos tuvieron lugar, según el escrito de la acusación pública, el pasado 27 de noviembre en la A-1, en el tramo conocido como ‘nudo Landa’. Los agentes detuvieron el Fiat Bravo en el que circulaba el acusado, quien no pudo dar una explicación convincente sobre su desplazamiento y que tampoco contaba con ningún tipo de justificante.
Durante el registro del vehículo, los efectivos policiales encontraron bajo el asiento delantero derecho dos bolsas con sustancias. Una de ellas resultó ser speed con una pureza del 70% y un peso cercano a los dos kilos. En la otra había otro kilo de éxtasis, conocido en el mercado como MDMA. Las investigaciones determinaron que tal cantidad de droga estaba destinada a la venta ilegal. Se estima que el total incautado podría tener un valor en el mercado de unos 27.000 euros.
La fiscalía ha calificado estos hechos como un delito grave contra la salud pública por los que pide siete años y medio de prisión, así como 40.000 euros en concepto de multa. El juicio se celebrará el próximo día 9 de julio en la Audiencia Provincial.
Este mismo tribunal juzgará la jornada antes a un individuo por motivos muy similares. También fue sorprendido en la A-1, en pleno estado de alarma y transportando droga. Según el Ministerio Público, el 20 de abril de 2020 fue interceptado en la salida de Madrigalejo del Monte. Llevaba consigo una sustancia rocosa que, tras analizarla, resultó ser cocaína. El pesaje arrojó un resultado de 112 gramos con una pureza superior al 70%. Su valor en el mercado clandestino era de unos 11.300 euros y los investigadores concluyeron que pretendía distribuirla a terceros.
Piden para él cuatro años de prisión y 20.000 euros de multa por un delito contra la salud pública en su modalidad de tenencia para el tráfico de sustancias que causan grave daño. Contaba con antecedentes penales, pero no computables para esta causa.
Por último, la Audiencia Provincial también sentará en el banquillo a lo largo de este mes a otro traficante de drogas detenido a lo largo del pasado año. En este caso, el Ministerio Fiscal relata que el acusado se encontraba en la calle San Juan de Ortega, en el barrio de Capiscol, cuando una patrulla le dio el alto y comenzó a registrarle. Entre sus pertenencias encontró dos envoltorios transparentes con una sustancia blanquecina que resultó ser cocaína. Tras analizarla arrojó un peso de casi cien gramos, una cantidad que, presumiblemente, estaba destinada a la venta. Por lo que considera un delito de tráfico de drogas que causan serio daño a la salud de las personas, solicita cuatro años de prisión y una multa de 20.000 euros.