El puente del Pilar pasará de largo para los hoteleros burgaleses, que ni tan siquiera alcanzaran en sus establecimientos una ocupación como «la del peor fin de semana» del invierno pasado. Sus previsiones iniciales, que rondaban el 25% en el «mejor de los casos», se han visto mermadas hasta el 10 o 15% después del anuncio del confinamiento de Madrid, principal territorio emisor de turistas a la capital, que ya desde el viernes dejó numerosas cancelaciones unidas a la nula entrada de nuevas reservas.
«Todos damos por sentado que media España va a estar confinada, aunque no sea la situación que se vivió en marzo, y para nosotros no va a existir el puente», señala el representante de los empresarios y vicepresidente de la Federación de Hostelería, Luis Mata, quien traduce en términos económicos esa mínima ocupación en una caída de ingresos del 90% en comparación con las mismas fechas pero de años anteriores, cuando los alojamientos rozaban el lleno en la capital.
El cumplimiento o no de esos pronósticos de ocupación dependerá de las reservas de ultimísima hora, ya que, según el vicepresidente de los hosteleros, las anulaciones existentes se siguen sucediendo tras los anuncios de más confinamientos, como los de este lunes de Palencia y León en la región.
Mata sitúa la caída de precios durante la temporada de verano en torno al 40%, teniendo en cuenta que las cifras de ocupación fueron inferiores a las esperadas. En este sentido, asegura que la media rondó el 33%, cuando inicialmente la previsión era del 60%. De los turistas que llegaron, el 65% procedía del territorio nacional, mientras que el resto correspondía a extranjeros de paso a la playa y una pequeña presencia de peregrinos.
Con esta situación y una previsión de ocupación media para octubre del 15%, el representante del sector se muestra especialmente pesimista respecto a lo que queda de año y avanza que la mayoría de los empresarios «ya está planificando» Expedientes de Regulación de Empleo, que prevé que acarreen cierres. «Así no se pueden mantener abiertos y menos con los precios actuales», manifiesta, al tiempo que da por hecho que los ERTE se prolongarán más allá del 31 de enero y abarcarán febrero y marzo.
Los empresarios se conforman con «sobrevivir» y ponen la vista en la próxima primavera con la esperanza de que la situación empiece a mejorar y se consiga una «temporada no boyante, pero sí más normalizada». La caída de la ocupación en agosto fue del 50% respecto al año pasado, mientras que los ingresos por habitación han disminuido un 70%.