La quinta ola frena viajes y ya provoca cancelaciones

B.G.R.
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La patronal de las agencias asegura que las ventas han caído un 50% por el repunte de casos después de su reactivación en primavera. Ven la situación complicada y la facturación anual no superará el 30%

Las preferencias de los burgaleses se siguen centrando, al igual que el año pasado, en los destinos nacionales de costa. - Foto: Valdivielso

El pequeño rayo de luz que vieron las agencias de viaje en primavera se ha visto ensombrecido en las últimas semanas con la llegada de la quinta ola de la pandemia. El miedo al contagio y el aumento de los confinamientos por el crecimiento de la incidencia han provocado un parón de las reservas y un mayor número de cancelaciones, teniendo en cuenta que las cifras en las que se están moviendo estos negocios nada tienen que ver con las que manejaban en el año 2019.

La Asociación de Empresarios de Agencias de Viajes (Abeav), que agrupa a las empresas burgalesas independientes del sector, habla de un «estancamiento» de las ventas, que a su vez traduce en una caída de estas de en torno al 50% en comparación con la situación previa al repunte de la crisis sanitaria. «Desde que ocurrió lo de Mallorca, lo que hacíamos antes en un día ahora se extiende a toda la semana», subraya Gema Alonso, vicepresidenta de la agrupación, en referencia al macrobrote ocurrido en la isla a finales del mes de junio. 

A partir de ese momento las reservas llegan con «cuentagotas», además de que los clientes las realizan con una mínima antelación para poder moverse con una mayor seguridad, mientras que también se producen inevitables cancelaciones porque «hay familias enteras» en situación de confinamiento, ya sea por ser positivos en SARS-CoV-2 o contacto estrechos, sin descartar tampoco que el miedo siempre es libre. En otros casos, más que anulaciones se producen cambios de fechas o de destinos, dependiendo de las restricciones o   de la situación sanitaria que presenten estos últimos.

De hecho y a modo de ejemplo, Roberto Ballesteros, de Receto Viajes, en la Plaza Mayor, precisa que se han modificado rutas previstas para la región del Algarve (Portugal) por otras en provincias como Huelva, Málaga o Valencia, con localidades como Benidorm o Gandía como preferencias. Las reservas a Mallorca e Ibiza se han ralentizado, teniendo mayor tirón  Menorca y las Islas Canarias. Por su parte, los viajes de larga distancia siguen sin arrancar, aunque el interés se centra en el Caribe, Maldivas, Costa Rica o Turquía.

Alonso subraya que los ciudadanos buscan ante todo «seguridad» y, en el caso de los destinos españoles, se decantan por aquellos que ofrecen «playas muy amplias» y alojamientos grandes, aunque para ello «tengan que pagar un poco más». Los precios se mantienen a pesar del parón y, según Ballesteros, se sitúan por encima de los del año pasado a pesar de que la actividad de las agencias haya disminuido. «En comparación con junio ha podido caer un 50%», corrobora este empresario, que también comparte con la patronal una visión poco esperanzadora para este verano. «Vemos el panorama muy oscuro porque las noticias no son buenas y siguen subiendo los contagios», precisa Alonso, sin dejar de reconocer el desánimo que existe en el sector después de haber arrancado la campaña con optimismo tras ser uno de los gremios más perjudicados por la crisis.

Confían en que la situación remonte con el avance de la vacunación y la mejora de los datos sanitarios, ya que «si no nos recuperamos habrá de nuevo un desierto de ventas de tres o seis meses», apunta Ballesteros, quien, no obstante, descarta totalmente el cese de actividad. La esperanza en esa reactivación la traen las reservas que entran para septiembre o finales de agosto, aunque a un ritmo menor que en junio. La presidenta de Abeav, Icíar Blanco, hace referencia a la importancia que cobra aún más este año viajar con profesionales para que el cliente no pierda dinero por contratiempos relacionados con la covid. «Hay que saber muy bien lo que se contrata », advierte, poniendo como ejemplo la relevancia de los seguros y de las políticas de cancelaciones. 

Blanco también comparte ese frenazo de la actividad y asegura que la facturación anual será de un 30% «como mucho», frente al 8% de 2020. Un crecimiento mínimo que permite afrontar solo los gastos fijos, ya que la recuperación «no llegará hasta 2022»: «Confiamos en poder seguir trabajando y que no vuelvan los cierres perimetrales porque eso sería la quiebra».