La cocina mirandesa ha subido varios peldaños en la última década. La ciudad puede presumir, no solo de haber mejorado su oferta de restaurantes, sino de contar con profesionales que pasean con éxito su nombre en concursos nacionales, una lista a la que en breve se podrían sumar cinco estudiantes del Instituto Técnico Miranda que han sido seleccionados para participar en el galardón con el que Le Cordon Bleu distingue a las principales promesas del país. 

La carta de motivación ha convencido al jurado, que les dará la oportunidad de elaborar una receta. Los mejores se medirán en abril en la fase final en Madrid entre los fogones. «Haber llegado a esta instancia ya es un premio», aseguran los cinco aspirantes.   

Las comidas navideñas son un buen momento para experimentar  algunas de las ideas que les rondan la cabeza. «A mi como mucho me dejan hacer los entrantes», confiesa entre risas Eva Aldea, que está decidida a dar una vuelta de tuerca a la comida tailandesa, así que le tocará a su familia hacer de jurado improvisado para saber si va por buen camino. 

Miguel Ángel Sanz se decantará por los sabores italianos mientras que María Pérez, Jessica López y Patricia Mariñán optarán por sorprender en Le Cordon Bleu con algún postre del que todavía no tienen muy claro los ingredientes definitivos. 

Los datos de audiencia que tienen los concursos televisivos demuestran que algo ha cambiado a la hora de juzgar la cocina, durante mucho tiempo infravalorada. Hace unos años, los únicos programas eran en horario matinal y apuntaban a la elaboración de recetas sencillas para que los espectadores pudieran repetirlas en su casa. Ahora hay diferentes formatos y cualquier ciudadano es capaz de recitar cuatro o cinco nombres de chefs españoles con fama mundial sin tener que pensar mucho. 

Aunque la visión que ofrece la gran pantalla de la profesión no se corresponde fielmente con la realidad porque «en una cocina no trabajas solo, sino que lo haces en equipo, y saber complementarte con los compañeros es fundamental», este tipo de programas han conseguido que la gente valore el arte que se esconde detrás de algunos platos. «Lógicamente tiene que primar el espectáculo para que sea divertido, pero al menos le ha dado un empujón a la cocina y sobre todo consigue que mucha más gente se interese por ella. Cuando se ve en televisión es más fácil que a un niño se le despierte la vocación», coinciden en señalar los cinco mirandeses que sueñan con que su nombre pase en unos meses a formar parte de las promesas reconocidas por Le Cordon Bleu y eso les abra en el futuro las puertas del mercado laboral.